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jueves, 28 de julio de 2011

Técnica revolucionaria para aprovechar el 80 por ciento del calor residual de máquinas

Una tecnología revolucionaria para aprovechar el omnipresente calor residual, que acompaña a casi toda máquina desde los tiempos de la tecnología a vapor, podría representar una nueva e importante fuente de energía, además de ser una vía óptima para mejorar la eficiencia en la utilización de la energía.

Habiendo demostrado la validez de su concepto mediante un prototipo que ha funcionado con éxito en todas las pruebas a las que se le ha sometido, el equipo de Hailei Wang, investigador en la Escuela de Ingeniería Mecánica, Industrial y de Producción en la Universidad Estatal de Oregón, ha dado un gran paso para solucionar uno de los principales problemas en el uso actual de la energía en el mundo: la pérdida de la mitad, o más, de la energía manejada por los motores de vehículos, las máquinas en las fábricas, y hasta las centrales eléctricas.

En la Universidad Estatal de Oregón, se está desarrollando una nueva tecnología para capturar y aprovechar el calor de nivel medio o bajo que se desperdicia ahora por los tubos de escape de millones de automóviles, generadores diesel y todo tipo de maquinaria en fábricas y en centrales eléctricas.

Son enormes el ahorro en costos, las mejoras de la eficiencia en la utilización de la energía, y las muchas aplicaciones de esta tecnología.

Se espera que el nuevo sistema, que actualmente está siendo perfeccionado en la citada universidad, sea capaz de usar gran parte de ese calor en sistemas de enfriamiento o en la producción de electricidad.

Prototipo del sistema de aprovechamiento del calor para refrigeración. (Foto: Oregon SU)Anteriormente se han intentado, y en ocasiones empleado, varios métodos para capturar y utilizar al menos una parte de ese calor residual, con el fin de alimentar sistemas de refrigeración. El nuevo sistema puede hacerlo, pero con mayor eficiencia que la lograda por los métodos anteriores. Además, es más portátil y también cuenta con una ventaja muy importante: es capaz de generar electricidad.El prototipo probado en la Universidad Estatal de Oregón ha conseguido convertir en capacidad refrigerante el 80 por ciento de cada kilovatio de calor residual.La eficiencia de la conversión no es por ahora tan alta si la meta es producir electricidad, alcanzando sólo entre un 15 y un 20 por ciento en esa modalidad, pero aún así este porcentaje siempre será mejor que desaprovechar el cien por cien del calor residual como por regla general sucede hoy día en casi todo motor o proceso industrial.

¿Influye nuestro tamaño corporal en cómo valoramos el de las cosas a nuestro alrededor?

Según los libros de texto, nuestra percepción del tamaño y la distancia son un producto de cómo el cerebro interpreta indicios visuales diferentes, como por ejemplo el tamaño aparente de un objeto proyectado en la retina y su movimiento a través del campo visual.

Algunos investigadores, y hasta el saber popular, han afirmado que nuestros cuerpos también influyen en nuestra percepción del entorno, de manera que a mayor estatura del sujeto, más cortas le parecerán las distancias.

Sin embargo, no había manera de poner a prueba experimentalmente esta hipótesis, hasta ahora.

Henrik Ehrsson y sus colegas en el Karolinska Institutet (Instituto Karolinska) en Suecia ya consiguieron tiempo atrás crear una potente ilusión óptica que hace sentir a la persona, hasta cierto punto, como si su cuerpo hubiese pasado a ser el de otro individuo o incluso el de un maniquí. Ahora, en lo que es una espectacular vuelta de tuerca en esta línea de experimentación, han usado las mismas técnicas básicas para crear la ilusión de tener un cuerpo muy pequeño (del tamaño de una muñeca) o un cuerpo muy grande (de 4 metros de estatura).

Sus resultados muestran por primera vez que el tamaño de nuestros cuerpos tiene un efecto profundo sobre cómo percibimos el espacio alrededor de nosotros.

Con un cuerpo pequeño, el mundo se percibe más grande. Con un cuerpo grande, el mundo se percibe más pequeño.

El estudio también respalda la idea de que es perfectamente posible crear la ilusión de intercambio de cuerpos siendo el nuevo cuerpo uno artificial de tamaño muy pequeño o muy grande, algo que los aficionados a ciertos videojuegos, sobre todo si son de Realidad Virtual, ya han comprobado en carne propia
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(Foto: NCYT/MMA).

La época exacta en que comenzó un inusual calentamiento global

Empleando métodos sofisticados de datación de rocas, un equipo de científicos ha determinado la fecha más exacta lograda hasta ahora del comienzo de un episodio de calentamiento global conocido como el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (MTPE, o PETM por sus siglas en inglés).

En las primeras fases de la Era Cenozoica, que empezó hace alrededor de 65,5 millones de años, se desencadenaron varios episodios relativamente breves de calentamiento global. El más severo de todos fue el PETM, en el período de transición del Paleoceno al Eoceno, hace alrededor de 56 millones de años. Durante unos 20.000 años, apenas un abrir y cerrar de ojos cuando hablamos del tiempo geológico, las temperaturas oceánicas subieron globalmente en unos 5 grados centígrados, o quizá más. Hay evidencias de que la concentración de óxidos de carbono atmosféricos aumentó, pero los fenómenos que activaron este evento aún permanecen bajo discusión en la comunidad científica.

Una posibilidad es que estos calentamientos globales fuesen causados por variaciones cíclicas en la excentricidad de la órbita terrestre alrededor del Sol. En la fase más propicia del ciclo, las altas temperaturas pudieron causar que los depósitos de hidrato de metano en el fondo del mar liberaran grandes cantidades de metano. Parte de este poderoso gas de efecto invernadero pudo entrar en la atmósfera provocando una mayor intensificación del calentamiento climático, el cual pudo continuar a medida que el metano se iba transformando con rapidez en dióxido de carbono en la atmósfera.

Otra posibilidad es que fuesen otros procesos geológicos, no relacionados con variaciones en la órbita de la Tierra, los culpables del calentamiento asociado al PETM. En este escenario, el magma liberado por constantes erupciones volcánicas pudo causar la cocción de sedimentos orgánicos marinos, con la consecuencia de una liberación masiva de metano y/o dióxido de carbono, posiblemente a través de chimeneas hidrotermales, iniciando así el calentamiento global que acarreó la posterior liberación de más metano.
Determinar qué fue exactamente lo que activó al PETM requiere usar una técnica de datación muy precisa para establecer la cronología más fiable posible de este fenómeno, a fin de determinar si ocurrió o no durante la fase más propicia de un ciclo de variaciones de la excentricidad orbital de la Tierra.

Basándose en sus datos, el equipo de Adam Charles (Universidad de Southampton, en el Reino Unido), ha determinado que la frontera entre el Paleoceno y el Eoceno tuvo lugar hace entre 55.728.000 años y 55.964.000.

Charles y sus colaboradores opinan que ésta es la datación más exacta del PETM hecha hasta el momento.

Los análisis llevados a cabo por el equipo de investigación indican que el inicio del PETM, a diferencia de los inicios de otros calentamientos globales del Eoceno, no coincidió con la fase más propicia del ciclo de excentricidad orbital de nuestro planeta, un ciclo que dura 400.000 años.
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Lugar de las investigaciones, en Longyearbyen, Spisbergen. (Foto: Ian Harding)

lunes, 25 de julio de 2011

Volver duro o blando un material en cuestión de segundos mediante señales eléctricas

Para muchas estructuras artificiales, desde herramientas hasta piezas de máquinas, sería muy ventajoso si pudiéramos simplemente cambiar entre los diferentes grados de solidez de la aleación u otro material del que estuviesen hechas.

En los procesos actuales de fabricación, las propiedades de los materiales quedan fijas de una vez y para siempre. Esto fuerza a los ingenieros a hacer concesiones en unos parámetros para salvar las especificaciones más críticas en otros, cuando tienen que seleccionar las propiedades mecánicas de un material. Una mayor dureza en un material, suele acarrear inevitablemente que sea también más quebradizo.

La situación podría cambiar en un futuro quizá no muy lejano gracias a un avance tecnológico revolucionario: un material que cambia su dureza cuando el usuario hace algo tan fácil como apretar un botón.

Esta transformación puede lograrse en cuestión de segundos a través de los cambios en la estructura electrónica del material. Por ejemplo, un material duro y quebradizo, puede volverse blando y maleable.

Lo que hace revolucionario a este desarrollo es que la transformación puede controlarse por medio de señales eléctricas.

Esta primicia es el resultado del trabajo del equipo de Joerg Weissmüller, científico de los materiales de la Universidad Técnica de Hamburgo, Alemania. En el equipo ha trabajado también Hai-Jun Jin, del Instituto para la Investigación de los Metales en Shenyang, China.

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Material de propiedades cambiantes. (Foto: HZG)

Éste es un campo en el que se está logrando un progreso significativo. Por primera vez, se ha conseguido producir un material que, estando en uso, puede cambiar, a voluntad del usuario, de un estado a otro, alternando entre una estructura dura y quebradiza, y otra blanda y maleable.

El equipo de Weissmüller todavía está en la fase de investigación básica, pero su descubrimiento puede abrir las puertas a una multitud de aplicaciones, y constituir un gran salto tecnológico en el desarrollo de los llamados materiales inteligentes.

La cerámica pintada fue una herramienta de propaganda de la oligarquía ibérica

La oligarquía ibérica hacía uso de imágenes pintadas en cerámica para autoafirmar su categoría aristocrática y como forma de integración en el nuevo orden romano o auto romanización que empezaba a imperar en España.

Los vasos singulares fueron una herramienta de propaganda usada por la oligarquía ibérica del periodo Ibérico final. Esta cuestión es uno de los fines de estudio de la tesis doctoral “Religión e iconografía en el sudeste ibérico. De Cabezo Lucero a Libisosa”, que ha sido defendida por el investigador Héctor Uroz Rodríguez y que ha obtenido la Mención Europea.

La investigación pretende aportar pequeñas microhistorias basadas en los yacimientos arqueológicos de Cabezo Lucero (Guardamar de Segura, Alicante) y Libisosa (Lezuza, Albacete) que vayan rellenando celdillas de una gran colmena constituida por los fundamentos religioso-iconográficos del Sudeste Ibérico a la que nunca se pierde de vista.

Las dos microhistorias, si bien se sitúan en dos momentos históricos extremos y que funcionan como punto de partida y de llegada, no obstante pese al tiempo y a la situación socio-política que les separa tienen como común denominador su carácter de zona de paso, de comercio, de confluencia de ideas, espectadores y receptores privilegiados de los dos momentos históricos que limitan elestudio, marcados por las influencias greco-fenicias e italo-helenísticas, abarcando pues tanto el momento de gestación y desarrollo de la cultura ibérica como el fenómeno de auto-romanización de sus élites.

Las matrices analizadas de Cabezo Lucero (Guardamar del Segura, Alicante) permiten al investigador adentrase en los fundamentos religiosos del Ibérico Antiguo y Pleno, mientras las pinturas vasculares del primer tercio del s. I a. C. de Libisosa hacen lo propio con el aparato iconográfico del Ibérico Final, tanto por lo que respecta al universo vegetal y zoomorfo de la divinidad femenina, y sus apariciones, así como al terreno del héroe y del oligarca, y la forma de plasmar sus valores, por parte de unos nuevos grupos sociales dominantes en búsqueda de su auto-afirmación y cohesión ante las nuevas realidades políticas.

Los temas y fundamentos del aparato religioso-iconográfico desde el Ibérico Antiguo a los siglos IV-III a. C se abordan en la tesis mediante el estudio de un conjunto de matrices de orfebre recuperadas en una sepultura de la necrópolis contestana de Cabezo Lucero (Guardamar del Segura, Alicante). Estos materiales sirven como pretexto para abordar otros grandes conjuntos ibéricos y del universo fenicio-púnico base.

En el otro extremo cronológico se encuentra la ciudad oretana y posterior colonia romana de Libisosa (Lezuza, Albacete), que ocupa la mayor parte del trabajo y sobre el que se estudia tanto a las prácticas religiosas como de nuevo la iconografía, centrada aquí en el Ibérico Final.  Este estudio es especialmente relevante por abordar una selección muy representativa de un tipo de registro especialmente abundante en esta fase en otras partes del yacimiento y marca un punto de partida, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un período (s. I a. C.) no demasiado conocido en cuanto a la cultura material en el panorama histórico-arqueológico peninsular.

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Detalle de vaso singular del yacimiento arqueológico de Libisosa (Lezuza, Albacete). (Foto: SINC)

Así, la investigación estudia el depósito votivo que fosiliza un acto ritual realizado en el primer tercio del siglo I a. C, con un análisis tipológico de las formas y decoraciones (geométricas y fitomorfas) del registro material recuperado en el depósito votivo, el cual se acerca al medio millar de piezas. Así todo, lo más relevante de este fenómeno religioso es que nos permitirá reflexionar sobre el propio concepto de depósito votivo, teniendo en cuenta tanto los lugares de culto en el mundo ibérico como la propia experiencia itálica.

Por otro lado, la irrupción en el panorama de la cultura ibérica final del relativamente nutrido conjunto de vasos singulares de Lezuza, ha posibilitado realizar el análisis de la temática de estas decoraciones en el contexto iconográfico vascular ibérico. (Fuente: UA/SINC)

Nuevos hallazgos que respaldan la validez de un concepto introducido por Charles Darwin

Un nuevo estudio respalda la hipótesis de Darwin relativa a que la lucha por la supervivencia es más fuerte entre especies de parentesco cercano que entre las de parentesco lejano. Aunque, en general, los ecólogos aceptan esta premisa, este nuevo estudio contiene la prueba experimental directa más contundente hasta el momento a favor de la validez de ese concepto introducido por Darwin.

El equipo de Lin Jiang del Instituto Tecnológico de Georgia ha comprobado que la extinción de especies se produce con más frecuencia y rapidez entre especies de microorganismos que tienen un parentesco más cercano.

Jiang, Cyrille Violle, y Zhichao Pu realizaron experimentos con 10 especies comunes de protistas ciliados en ecosistemas artificiales y simplificados, referidos como microcosmos.

Se seleccionó a estos microorganismos porque se reproducen con rapidez, lo que permite examinar la coexistencia de especies a través de múltiples generaciones en un sistema cerrado durante un periodo de pocas semanas, algo que no sería posible si se recurriera a plantas o animales.

Los resultados del estudio muestran que todas las especies sobrevivían hasta el final del experimento cuando en un microcosmos sólo había una. Sin embargo, en más de la mitad de los experimentos en que estaban juntas dos especies, una acababa volviéndose la forma de vida dominante, llevando a la otra a la extinción.

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Lin Jiang. (Foto: GIT)Los investigadores han comprobado que la frecuencia y velocidad de este proceso de extinción, llamado exclusión competitiva, fue significativamente mayor entre especies con parentesco cercano. Además, en los microcosmos donde convivieron ambos competidores durante todo el experimento, la abundancia del competidor inferior se reducía más a medida que aumentaba el parentesco entre los dos competidores.

sábado, 23 de julio de 2011

Los medios de comunicación dañan la imagen de los chimpancés

Imágenes contrapuestas muestran al chimpancé en situaciones distintas.| 'PLoS ONE'Imágenes contrapuestas muestran al chimpancé en situaciones distintas.| 'PLoS ONE'
  • Podrían extinguirse de aquí a los próximos 50 años
  • El 100% de los 'chimpancés-mascota' vive en garajes, patios traseros o sótanos
  • Su carrera mediática no suele durar más de 2 años
Estamos tan acostumbrados a ver a los chimpancés que en el fondo,su presencia ya no nos sorprende aunque protagonizen una película, sean las estrellas de una serie, participen en anuncios, ilustren tarjetas de cumpleaños o incluso tras convertirse en auténticos animales de compañía, poniéndose al nivel del perro. Lo cierto es que forman parte de nuestra realidad cotidiana.
Un grupo de investigadores ha realizado un estudio en el que analizaron este fenómeno, centrándose en el papel que ejercen los medios de comunicación en nuestra percepción de los chimpancés.
El Zoológico Lincoln de Chicago facilitó el 'cásting' proporcionando los candidatos necesarios para la investigación que fue divulgada a escala nacional en la publicación científica 'PLoS ONE'. El hallazgo puso de manifiesto que los medios fomentan la creación de malentendidos o de erróneas ideas generalizadas acerca de los primates.

Curiosas asociaciones

Los investigadores también contaron con la colaboración de varias personas que participaron en el estudio que reveló alguno de los peligros de vivir en una sociedad mediatizada. Para alcanzar estas conclusiones, los investigadores se aliaron con la tecnología. Así retocaron y les mostraron varias imágenes en las que se veía al primate en entornos diversos y, en ocasiones, acompañado de un humano.
Las respuestas de los encuestados hablan por sí solas. Pese a tratarse de una especie en vías de extinción, los que vieron la imagen del chimpancé junto a un humano marcaron una tendencia asombrosa ya que no pensaban que estuviese en esa categoría. Sin embargo, los que vieron la fotografía del primate sin el humano no lo percibieron de la misma manera.
Otro de los errores que reveló el estudio es que muchos humanos conciben al chimpancé como un animal de compañía idóneo cuando en realidad, al hacerse mayor, su fuerza y su agresividad le convierte en un animal potencialmente peligroso.
Las imágenes muestras al chimpancé en situaciones distintas.| 'PLoS ONE'Las imágenes muestras al chimpancé en situaciones distintas.| 'PLoS ONE'

El poder de los medios

Según afirma Steve Ross, una eminencia con más de 25 ensayos sobre chimpancés a sus espaldas, "el hallazgo es particularmente importante teniendo en cuenta la popularidad pública de los anuncios, las películas y los programas de televisión en los que actúan chimpancés". Este experimentado científico es el fundador de Project ChimpCARE, una ONG que vela por el bienestar de estos animales. Asegura que "este tipo de prácticas han sido ampliamente criticadas por los defensores de los animales".
Además, el científico recuerda que la carrera 'activa' de estos entrañables animales convertidos a actores no suele durar más de un par de años porque crecen demasiado y manejarlos se convierte en una tarea difícil. Otro de los problemas que se plantean es el provenir de los chimpancés al finalizar su fugaz carrera ya que pueden alcanzar los 60 años por lo que se les ha de adjudicar un hogar cuyas condiciones a menudo son bastante pobres.
Sin embargo, este enfoque mediático y su influencia sobre nosotros no se limita a una escala individual sino que se trata de un problema global que perjudica todos los esfuerzos que se están llevando a cabo para conservar esta especie.

Cifras preocupantes

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los chimpancés salvajes corren un grave peligro de extinción. La UICN afirma que, de seguir así, podrían desaparecer en un período que oscila entre los 10 y 50 próximos años. Ross lo confirma: "aquellos que vieron imágenes de los chimpancés en escenarios humanos son proclives a pensar que no es una especie en peligro de extinción".
Lamentablemente, tener un chimpancé como animal de compañía parece estar de moda. Pero lo que muchos no saben es que esta moda perjudica al animal puesto que contribuye a 'normalizar' su presencia. Además, supone un riesgo para su conservación y para la seguridad ya que que no siempre resulta fácil manejar a los primates.
Project ChimpCARE estima que el 100% de los chimpancés-mascota vive en garajes, patios traseros o sótanos, hábitats que evidentemente, no son apropiados para su bienestar. Ross conluye con un recordatorio: "el retrato frívolo e impreciso de esta compleja especie en peligro de extinción debería preocupar a cualquiera que este interesado por la seguridad y el bienestar de los animales".

Llevar armadura era una 'pesadez' en el campo de batalla


Las armaduras de metal que llevaban los soldados para protegerse en tiempos medievales suponían una pesadísima carga que podía convertirse en una peligrosa desventaja en el campo de batalla.
Esto es lo que acaba de descubrir un equipo de investigadores en una investigación publicada en 'Proceedings of the Royal Society B'. Sus observaciones demuestran que los soldados que cargaban con una armadura en el Medievo gastaban dos veces más energía que los que no la llevaban. Se trata de la primera prueba experimental que pone en evidencia que esta coraza de metal pudo entorpecer la labor de los soldados.
Las numerosas guerras y batallas que se sucedieron a lo largo del siglo XV hicieron que los soldados optasen por enfundarse esta pesadísima coraza para protegerse de sus enemigos. No obstante, parece que no tuvieron en cuenta un pequeño detalle: el peso de estas armaduras oscilaba entre los 30 y los 50 kilogramos. Se piensa que el factor peso pudo ser determinante a la hora de ganar o perder un enfrentamiento.
[foto de la noticia]

Mejor en una mochila

"Descubrimos que cargar con el peso de esta manera requiere mucha más energía que llevarlo en una mochila", declaró Graham Askew, un investigador de la Universidad de Leeds que ha liderado el estudio. Askew explica el porqué de este fenómeno: al llevar una armadura, el peso se reparte por diversas partes del cuerpo que se cargan de peso, es decir que cada zancada requiere más esfuerzo. Sin embargo, la mochila implica que el peso está en un sólo lugar y moverse resulta más fácil.
En la investigación participaron diversas Universidades como la de Milán o la de Auckland, en Nueva Zelanda. Además, diversos expertos de la Real Academia de Armaduras de Leeds accedieron a colaborar en el estudio.
Para hacerse una idea fiel de lo que suponía llevar esta pesada armadura, los investigadores contrataron los servicios de actores que están acostumbrados a llevar esta carga porque se la colocan en exhibiciones del Museo de Armaduras Reales de Leeds.

Correr y andar en una armadura

Les pidieron que se enfundasen réplicas idénticas de cuatro armaduras europeas distintas. Acto seguido, se sometieron a unos ejercicios en los que tenían que correr y andar. Mientras hacían las pruebas, los expertos midieron el uso que hacían del oxígeno. ¿Cómo? Con la ayuda de unas máscaras especiales que les permitieron calcular el consumo de energía que supone cargar con este 'lastre'.
Otra de las conclusiones reflejadas en el estudio es que la armadura influye en la respiración del soldado. Los expertos constataron que cuando los participantes se esforzaban, en vez de repirar profundamente, cosa que habrían hecho si no hubiesen llevado la estructura de acero, respiraron más veces pero menos profundamente.
Federico Formenti es un experto de la Universidad de Auckland que también colaboró en el hallazgo. Señala que es posible que "estar envueltos en una armadura hacía que los soldados se sintiesen más a salvo". Sin embargo, añade que "nada más empezar a moverte con una armadura medieval te quedas sin aliento, y esto limitaría la resistencia a la hora de luchar".

Finalizan las excavaciones de Atapuerca con el hallazgo de un cráneo de bóvido

Varias personas trabajan en la Sima del Elefante, en Atapuerca. | IcalVarias personas trabajan en la Sima del Elefante, en Atapuerca. | Ical
  • La campaña de 2012 podría ser importante
  • Todos los yacimientos están en funcionamiento
Tras casi 40 días de excavaciones, el domingo 24 llega a su fin la campaña de excavaciones de la Sierra de Atapuerca, que comenzó el pasado 15 de junio. En esta edición, el equipo de investigación de Atapuerca bajo el mando de los tres codirectores, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, ha permitido hallar un cráneo de bóvido en la Sima del Elefante, así como más restos de la especie Homo Heidelbergensis en la Sima de los Huesos.
Según informaron fuentes de la Fundación Atapuerca, la campaña de excavaciones 2011 ha estado marcada por cambios para reorganizar las excavaciones, por lo que el equipo estima que la campaña de 2012 "será muy importante ya que estarán todos los yacimientos en funcionamiento con las medidas de seguridad e infraestructuras necesarias". Es el caso del yacimiento de Galería donde se ha retomado la excavación tras 15 años de inactividad o la Sima del Elefante, en la que se ha instalado el puente que está permitiendo excavar el yacimiento en extensión. Cabe destacar que este año también se ha finalizado de excavar el Campamento de cazadores de bisontes más antiguo de Europa en el nivel TD10 de Gran Dolina.
El yacimiento de la Sima del Elefante se localiza en la zona sur de la Trinchera del Ferrocarril. Durante las campañas de excavación del 2007 y 2008, en el nivel 9c (de 1,2 millones de años) de la Sima del Elefante se recuperaron diferentes restos de homínido asociados a industria lítica y huesos de herbívoros con marcas de corte. Estos restos de homínido son, hasta el momento, los más antiguos de Europa.
Debido a que el paquete sedimentario (TE9c) en el que se localizan estos restos estaba cortado por el camino de la Trinchera del Ferrocarril impidiendo así su excavación, uno de los principales objetivos planteados para esta campaña ha sido vaciar el camino y colocar un puente con el fin de poder circular por la Trinchera a la vez que se excavaba por debajo los niveles de Pleistoceno Inferior.
Al realizar los trabajos de vaciado del camino, alrededor de 1,60 metros de la cota actual del camino se han localizado hasta un total de 12 traviesas del Ferrocarril Minero construido a finales del siglo XIX. Dichas traviesas han sido documentadas y trasladadas al Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana con el fin de ser restauradas. Una vez vaciado el camino de sedimentos modernos, se han iniciado los trabajos de excavación de los sedimentos pleistocenos en los que en futuras campañas esperamos encontrar más evidencias de la presencia humana más antigua de Europa.
Por otro lado, en la superficie de excavación intervenida ya en años anteriores, se ha llegado a la base del nivel TE9c y se ha recuperado diferentes restos de bóvido en semiconexión anatómica, entre los que destaca un cráneo prácticamente entero. El estudio de estos materiales aportará nuevos datos para conocer cual era la especie de bóvido que habitaba la Sierra de Atapuerca hace mas de un millón de años.

Un paso más hacia el conocimiento de cómo el cerebro humano se forma en el feto

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Células madre crean neuronas. (Foto: Kenneth X. Probst)

La comunidad científica está realizando grandes esfuerzos para deducir cómo el cerebro humano, con su corteza cerebral muy expandida y la correspondiente capacidad para el pensamiento superior, surgió y se convirtió en una de las más grandes maravillas de la naturaleza. Cada nuevo conocimiento sobre cómo se desarrolla el cerebro ayuda a responder preguntas sobre las causas de una amplia gama de trastornos cerebrales, y ofrece esperanzas de que algún día sea posible regenerar el tejido que se pierde en enfermedades como el mal de Alzheimer.

Un nuevo hallazgo, hecho por especialistas de la Universidad de California en San Francisco, se suma ahora a la lista de avances logrados en esta revolución científica.

Aunque el cerebro humano tiene las mismas seis capas corticales que poseen los cerebros de mamíferos menos inteligentes, estas láminas de materia cerebral cortical se extienden hacia fuera mucho más en los seres humanos. Además, en el Homo sapiens y en otros primates, la corteza se pliega muchas veces. El plegado permite que quepa más circuitería neural en el cráneo y da al cerebro humano su arquitectura única y su apariencia similar a la de una coliflor.

El año pasado, el equipo del Dr. Arnold Kriegstein identificó una célula madre muy esquiva a la que podríamos tener que agradecerle nuestro éxito como especie. La célula madre parece ser responsable del crecimiento explosivo de neuronas que se da en una parte del cerebro de los primates en su estado fetal, y que es conocida como zona subventricular exterior.


En una nueva investigación, el equipo de Kriegstein ha descubierto movimientos peculiares en las células madre poco antes de que experimenten la división celular. Los movimientos, nunca antes vistos, son muy peculiares y específicos. Los defectos en la maquinaria controladora de estos movimientos quizá podrían tener un papel fundamental en diferentes malformaciones cerebrales.

La atracción subliminal de las cosas que nos satisfacen

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Hay cierta conexión entre la euforia que causan las drogas y cómo esa sensación "reconfigura" el cerebro de modos que hacen que sea difícil suprimir el ansia de volver a vivir la experiencia. Sin ir más lejos, los objetos relacionados con una sensación gratificante atraen automáticamente la atención, como por ejemplo la visión de un mechero puede evocar en un ex-fumador el placer de fumar.


El mundo que nos rodea a menudo está rebosante de estímulos sensoriales, demasiados para que podamos experimentarlos todos a la vez. Así que algo llamativo, como por ejemplo un portazo, capta de manera automática nuestra atención, haciendo que dejemos de lado otras cosas. O bien, de modo intencionado, nos concentramos en algo que es importante para nosotros en ese momento, como localizar a un familiar o amigo de entre una multitud de gente. También se sabe que tendemos a dedicar más atención a las cosas que son gratificantes, como el alimento cuando tenemos hambre, o el agua cuando tenemos sed.

Entonces, ¿qué sucede cuando las cosas que consideramos gratificantes no son las que estamos buscando en ese momento? ¿Todavía son lo bastante atrayentes como para atraer nuestra atención, cuando hay otras cosas que compiten por ella?

Según un equipo de neurocientíficos de la Universidad Johns Hopkins, la respuesta a esto último es Sí.

Este equipo, dirigido por Steven Yantis, del Departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro, efectuó un experimento en el cual se comprobó que los sujetos de estudio que estaban realizando una tarea de búsqueda visual se distraían cuando de modo ocasional aparecían objetos que anteriormente habían estado asociados a pequeñas cantidades de dinero.

Los resultados de este estudio van a ser de utilidad para profundizar en los entresijos de cómo responde el cerebro ante estímulos de gratificación, y también podrían contribuir al desarrollo de tratamientos más eficaces para combatir la adicción a drogas, la obesidad y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.


Comprender los mecanismos cerebrales y psicológicos de la asociación objeto-recompensa y por qué algunas personas son más susceptibles a ella que otras podría conducir a tratamientos más eficaces.

¿Compramos cosméticos porque funcionan o porque nos hacen sentir bien?

Un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) afirma que las consumidoras de cosmética compran estos productos principalmente por razones emocionales. El trabajo se realizó sobre cremas faciales (hidratantes y nutritivas, con o sin base de color, y antiarrugas) y cremas corporales (reafirmantes y anticelulíticas).

Para causar una emoción positiva por el uso de cosméticos, primero se 'culpa' a la mujer por su propio aspecto

“El estudio refleja que tanto la dimensión emocional como utilitaria de las marcas cosméticas influyen significativamente en la satisfacción de las consumidoras, pero es mayor el efecto que ejercen los componentes emocionales”, explica a SINC la investigadora Vanessa Apaolaza de la UPV y autora principal del estudio, que publica el African Journal of Business Management.

Entre las emociones positivas que provocan los productos de belleza, “destaca la sensación de bienestar derivada de la eliminación o reducción de los sentimientos de preocupación y culpa, que es la variable que más influye”, señala la autora.

Los científicos realizaron encuestas personales a 355 mujeres de entre 18 y 50 años, seleccionadas a través de un muestreo aleatorio. Se les solicitó que evaluaran diferentes aspectos vinculados a sus percepciones de las dimensiones funcionales y emocionales sobre las marcas de cosméticos que utilizaban, así como su grado de satisfacción con ellas.

Los resultados señalan que “la satisfacción de las consumidoras es mayor en la medida en que la marca de cosméticos contribuya a hacer más fuerte la experimentación de emociones positivas derivadas de la percepción de ‘estar cuidándose’ y alejar los sentimientos de preocupación y culpa por no cuidar el aspecto”, como indica Apaolaza.

Paradójicamente, para que la marca pueda proporcionar esta experiencia emocional positiva ha de crear primero en la consumidora sentimientos negativos sobre sí misma, tales como la preocupación y la insatisfacción con su aspecto.

“Una manera de lograrlo es decirle sutilmente que es fea, algo que, de manera implícita –mostrando mujeres con un grado de belleza fuera de lo común– logran trasmitir con eficacia muchos de los anuncios de cosméticos”, destaca el trabajo.

“La teoría de la comparación social ha sido utilizada en diversas investigaciones para explicar el modo en que modelos muy atractivas en la publicidad pueden afectar a las consumidoras”, señala Apaolaza.

“La premisa básica de estas investigaciones es que las consumidoras comparan su propio atractivo físico con el de las modelos de los anuncios y dichas comparaciones dan lugar a efectos negativos en la percepción del físico propio y en la autoestima. Los efectos son tanto más notables cuanto mayor conciencia de su imagen pública tengan las personas”, añade.

El estudio apunta a la necesidad de eliminar estas emociones negativas y de calmar su preocupación por verse bien como una de las principales motivaciones psicológicas que incitan a las mujeres a la compra de cosméticos.

“Muy a menudo, las emociones dictan nuestras decisiones. En nuestros comportamientos de compra decidimos en lo emocional y justificamos mediante lo racional. Dichas emociones son en parte aprendidas y en parte instintivas”, apunta Apaolaza.

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La satisfacción de las mujeres con su marca de cosméticos depende de factores más emocionales que funcionales. (Imagen: SINC)




Por ejemplo, una de las razones que explicaría la importancia concedida a la necesidad emocional no consciente, “el deseo de gustar al otro sexo, de resultar sexualmente atractiva”, y que propiciaría la compra de cosméticos, se encuentra en uno de los programas más básicos del ser humano, al que hacen referencia los enfoques darwinistas sobre la atracción: las caras hermosas y los cuerpos bien formados constituyen indicadores biológicos importantes del valor de la pareja sexual.

De los componentes emocionales analizados sobre la marca, el “sentimiento positivo derivado de la experimentación de un mayor éxito en las interacciones sociales” es el que tiene menor influencia en la satisfacción, según la autora.

Desde el punto de vista utilitario, los investigadores observaron que enfatizar en el diseño de los envases (atractivos, que hagan parecer al producto o la marca técnicamente superior, excepcional y única) interviene también a la hora de la compra.

“Estos resultados ponen a disposición del mercado la recomendación de estrategias de persuasión centradas más en aspectos emocionales que funcionales”, concluye la investigadora. (Fuente: SINC)

jueves, 21 de julio de 2011

El componente social de la virilidad y su conexión con la agresividad son más importantes de lo que se cree

La virilidad es un estatus difícil de alcanzar y fácil de perder. Y cuando se ve amenazada, los hombres sienten, aunque muchos finalmente no lo pongan en práctica, que ejercer la violencia es una buena manera de conservar su estatus de hombre viril. Éstas son las conclusiones de un nuevo estudio realizado por los psicólogos Jennifer K. Bosson y Joseph A. Vandello de la Universidad de Florida del Sur.

El género tiene mucho de social, argumenta Bosson. "Los hombres lo saben. Les preocupa mucho cómo les consideran otras personas". Y cuanto más preocupados están, más sufrirán psicológicamente cuando sientan que su virilidad ha sido transgredida.

Esa transgresión de la virilidad puede ser experimentada ante situaciones muy diversas, desde sucesos importantes como perder un empleo, hasta banales como dejarse hacer unas trenzas en su cabello durante un experimento de laboratorio.

La agresividad, según las conclusiones de Bosson y Vandello, es vista como una táctica para restaurar la virilidad.

Cuando los hombres usan esta táctica, o la consideran, tienden a sentir que fueron obligados a hacerlo por fuerzas exteriores. Bosson y sus colegas dieron a hombres y mujeres un parte policial falso, en el que se relataba que o un hombre o bien una mujer le pegaba a alguien de su propio sexo después de que la persona le ofendiera insultando su virilidad (o feminidad). A las personas que leyeron este parte, se les hizo luego esta pregunta: ¿Por qué la persona se puso violenta? Cuando el agresor era una mujer, los lectores de ambos sexos atribuyeron el acto a rasgos de carácter, como la inmadurez, por ejemplo. Las mujeres también dijeron esto de los agresores masculinos. Pero cuando el agresor era un hombre, los hombres mayormente creyeron que el hombre había sido provocado, y que la humillación recibida le empujó a defender su virilidad.

Curiosamente, mucha gente tiende a sentir que la virilidad está definida por los logros, no por la biología. La feminidad, por otro lado, es vista principalmente como un estado biológico. De esta manera, la virilidad se puede "perder" a través de transgresiones sociales, mientras que la feminidad se "pierde" sólo por cambios físicos, como por ejemplo la menopausia.

Dispositivo electrónico para amplificar los recuerdos de largo plazo

Unos ingenieros biomédicos han desarrollado un modo de activar y desactivar recuerdos, mediante un interruptor. Lo han probado ya en ratas, con éxito.

Usando un sistema electrónico que duplica las señales neurales asociadas a la memoria, esos científicos han conseguido reproducir en las ratas la función cerebral que les permite poner en práctica una conducta aprendida, incluso cuando a las ratas se les había administrado un fármaco que bloqueaba buena parte de su memoria.

"Accione el interruptor para conectar, y las ratas recordarán. Acciónelo de nuevo para desconectar, y las ratas olvidarán". Así describe de modo sucinto y claro el sistema, Theodore Berger, de la Universidad del Sur de California.

El equipo de Berger, que incluye a especialistas de la citada universidad y de la de Wake Forest, ha realizado su investigación a partir de avances recientes en el conocimiento del hipocampo, una importante región cerebral implicada en el aprendizaje.

En el experimento, se hizo que las ratas aprendieran a realizar una tarea consistente en presionar una palanca específica, ignorando la otra, para recibir una recompensa. El equipo de investigación registró los cambios en la actividad cerebral de las ratas entre las dos principales divisiones internas del hipocampo, conocidas como las subregiones CA3 y CA1. Ya se sabía, de investigaciones previas, que durante el proceso de aprendizaje, el hipocampo convierte los recuerdos de corto plazo en recuerdos de largo plazo.

Aprovechándose de que las regiones CA3 y CA1 interactúan para crear recuerdos a largo plazo, los investigadores bloquearon las interacciones neurales normales entre las dos áreas usando agentes farmacológicos. Entonces, las ratas previamente entrenadas ya no mostraron la conducta aprendida de largo plazo.

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Esquema del experimento. (Foto: USC Viterbi School of Engineering)
Las ratas seguían mostrando que todavía sabían, en general, presionar las palancas para obtener agua, y que si no obtenían lo que querían con una, debían probar con la otra. Sin embargo, sólo podían recordar si habían presionado la izquierda o la derecha durante un periodo muy corto de tiempo, de 5 a 10 segundos.

Los científicos fueron más allá y desarrollaron un sistema hipocámpico artificial que podía duplicar el patrón de interacción entre las regiones  CA3 y CA1.

La capacidad de memoria a largo plazo regresaba a las ratas que la tenían bloqueada farmacológicamente cuando los investigadores activaban el dispositivo electrónico programado para duplicar la función de codificación de la memoria.

Además, todo apunta a que si se implanta un dispositivo protésico con sus correspondientes electrodos en un animal con un hipocampo funcional normal, el dispositivo podría fortalecer recuerdos más de lo normal, y mejorar la capacidad de memorización del animal, en este caso ratas con su capacidad de recordar no entorpecida por fármacos.

Esta investigación muestra por primera vez que, disponiendo de suficiente información sobre la codificación neural de los recuerdos, una prótesis neural capaz de identificar y manipular en tiempo real el proceso de codificación puede restaurar e incluso mejorar los procesos cognitivos mnemotécnicos.

El próximo paso que el equipo de Berger planea dar es intentar obtener en monos los resultados logrados en las ratas. La meta final es crear prótesis que puedan ayudar a recuperar funciones cerebrales básicas a las personas aquejadas por la enfermedad de Alzheimer, un derrame cerebral o una lesión cerebral.

El origen de la geofagia

Ingerir tierra es una conducta que se ha observado en aves, reptiles y mamíferos, y que fue también común en los humanos prehistóricos. De hecho, aún hoy existe de forma relativamente habitual en algunas tribus primitivas, sobre todo en los trópicos.

Esta conducta anómala podría entenderse en situaciones de hambruna desesperada, pero en bastantes casos se da sin esa situación de inanición. ¿Por qué habría la evolución de permitir que un rasgo de conducta tan potencialmente peligroso como ese perdurase a través del tiempo?

Entre las explicaciones propuestas acerca de qué utilidad podría tener comer tierra en ciertas situaciones, la más aceptada ha sido, hasta ahora, que podría ser un modo expeditivo de absorber nutrientes minerales no disponibles de otro modo, como por ejemplo hierro, zinc o calcio.

El equipo de Sera Young y Paul Sherman, de la Universidad de Cornell, analizó 482 crónicas de geofagia humana y 330 crónicas de geofagia en animales de 297 especies de aves, reptiles y mamíferos, incluyendo a 70 especies de primates. Young y sus colegas ingresaron los detalles de estas crónicas en una base de datos y luego buscaron patrones para evaluar cada hipótesis.

En los animales, se sabe que las ratas envenenadas comerán arcilla cuando se les dé a elegir entre varias sustancias, y también está ya documentado que varios primates, incluyendo a los chimpancés, y algunas aves como los loros, ingieren tierra arcillosa después de comer frutas tóxicas o experimentar problemas gastrointestinales.

Por otra parte, el análisis de las crónicas, hechas por antropólogos y exploradores, sobre humanos de sociedades primitivas exhibiendo esa conducta inusual de ingerir tierra, y a quienes se pudo preguntar al respecto u observar en qué situación lo hacían, señalan que el tipo de tierra ingerida es rica en arcilla, la cual carece de nutrientes biodisponibles. Es por tanto incorrecta la idea de que la geofagia podría ser un modo de añadir nutrientes a la dieta de una persona.

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Una mujer recogiendo arcilla. (Foto: Sera Young)
El análisis estadístico de las crónicas sobre geofagia humana ha mostrado a los autores del estudio que a lo largo de la historia la geofagia se ha dado con mayor frecuencia entre las mujeres embarazadas y los niños en zonas tropicales donde abundan los patógenos. También ha seguido a la ingestión de sustancias tóxicas y a problemas gastrointestinales. En las mujeres embarazadas, el sistema inmunitario se vuelve menos agresivo para no rechazar al feto, pero al mismo tiempo, los patógenos transmitidos por alimentos pueden resultar más dañinos para la salud de la madre y la del feto.

La geofagia es más común en el primer trimestre del embarazo, el periodo en que el embrión es más vulnerable. Los niños y los adolescentes también son muy susceptibles a las toxinas, lo cual podría explicar por qué ellos han practicado la geofagia con más asiduidad que las personas de otros grupos de edad.

Por otra parte, la tierra seleccionada para ingerir ha sido siempre de suelos que se viesen limpios y que fuesen considerados seguros.

En resumidas cuentas, la ingestión de tierra serviría para aprovechar los efectos medicinales de la arcilla, proporcionando una cierta protección contra sustancias tóxicas, parásitos y patógenos trasmitidos por los alimentos.

La puesta en marcha de la agricultura empeoró la salud de la gente

En lo que es una paradoja, cuando las comunidades humanas pioneras en la agricultura comenzaron a practicarla en diversas partes del mundo hace unos 10.000 años, todas ellas experimentaron un mismo fenómeno, independientemente de su ubicación y del tipo de cultivo: La salud de las personas se deterioró, y además su estatura menguó.

A esta conclusión ha llegado el equipo de Amanda Mummert y George Armelagos, antropólogos de la Universidad Emory, Estados Unidos, al revisar estudios estandarizados de esqueletos completos de determinadas poblaciones humanas antiguas.

Muchas personas consideran la aparición de la agricultura como la adopción de un estilo de vida que, gracias a otorgar una fuente de alimentos más estable, mejoró la salud de la gente. Sin embargo, los primeros agricultores experimentaron deficiencias nutricionales, probablemente como consecuencia de que pasaron de tener una dieta significativamente más diversa a depender de cultivos particulares.

Además, el crecimiento de la densidad poblacional estimulada por los asentamientos agrícolas condujo a un aumento de las enfermedades infecciosas, probablemente exacerbadas por los problemas de higiene y la proximidad a los animales domésticos y a otros vectores de enfermedades que no eran comunes en las poblaciones de cazadores-recolectores.

Con el tiempo, la tendencia hacia una menor estatura se invirtió, y la altura promedio de la mayoría de las poblaciones comenzó a aumentar. La tendencia es especialmente notable en las naciones industrializadas durante los últimos 75 años.

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Amanda Mummert. (Foto: Emory U.)

En 1984, Armelagos y M. N. Cohen escribieron un libro revolucionario, "Paleopathology at the Origins of Agriculture" ("Paleopatología en los Orígenes de la Agricultura"), el cual describe un deterioro de la salud y una creciente incidencia de enfermedades nutricionales a medida que las sociedades pasaron de la caza y la recolección a la agricultura.

El libro fue polémico en su momento, pero la relación entre la transición agrícola y el deterioro de la salud pronto tuvo una amplia aceptación en el entonces emergente campo de la bioarqueología.

¿Es el instinto sexual masculino la causa de la guerra?

| 5 de julio de 2011 | Opinión “Este es el rostro que hizo zarpar mil barcos…” Doctor Faustus (al contar la leyenda de Helena y la guerra de Troya que se libró por ella).
Teseo llevándose a HelenaDesde la lucha entre poderosos ciervos en celo, a la incursión sorpresa de un chimpancé al amanecer, la violencia en la naturaleza es perpetrada por machos que luchan entre sí compitiendo por emparejarse con las hembras. Un nuevo estudio aporta pruebas fehacientes de que ocurre lo mismo con los seres humanos. Las diferencias culturales, los recursos limitados y los avances tecnológicos también juegan un papel importante –por supuesto-, pero este estudio sugiere que la causa última de la guerra humana es provocada por el instinto sexual masculino. Los autores argumentan que, por razones evolutivas, el cerebro masculino responde a la presencia de una mujer atractiva preparándose para el conflicto con otros machos, un efecto que pudo ser muy ventajoso en el pasado, pero que persiste en el hombre moderno a pesar de que su utilidad está, en gran medida, obsoleta.
A través de cuatro experimentos Lei Chang y su equipo demostraron que imágenes de mujeres atractivas o simplemente de sus piernas, ejercían un importante efecto “de combate” en los participantes heterosexuales de sexo masculino, como por ejemplo:
  • modificar sus juicios hacia “ser más agresivos” contra países hostiles,
  • mejorar su capacidad para localizar un soldado armado en una pantalla, y
  • mejorar su capacidad para reconocer y localizar palabras relacionadas con la guerra en una pantalla.
El mismo experimento fue realizado con mujeres, pero no se encontraron efectos similares a estos después de mostrarles fotos de hombres atractivos.
Los efectos que mostraron los participantes masculinos al mirar mujeres atractivas son específicos del combate ya que, por ejemplo, su capacidad para localizar imágenes de agricultores en una pantalla, a diferencia de las de soldados, no se vio mejorada. También los efectos suscitados por las imágenes de mujeres atractivas son mayores que los provocados por estímulos potencialmente provocadores pero no sexuales, como la bandera nacional de un país hostil. Por último, el reconocimiento de palabras relacionadas con la guerra después de mirar fotografías de piernas femeninas comparado con los efectos después de ver banderas, fue específico para palabras relacionadas con la guerra, y no se vio afectado en el caso de palabras agresivas pero no relacionadas con el combate.
Los autores de la investigación afirmaron que “el hecho de que exista esta asociación entre apareamiento y comportamiento agresivo sugiere que el subconsciente promueve el conflicto porque era un comportamiento que en el pasado -pero no necesariamente hoy en día- quedó vinculado al éxito reproductivo”. Los investigadores también admitieron que su estudio puede tener varias limitaciones, como por ejemplo que la guerra es un esfuerzo de colaboración, mientras que ellos sólo estudiaron respuestas individuales. Sin embargo, los nuevos resultados concuerdan con las investigaciones anteriores que mostraban por ejemplo que los hombres, pero no las mujeres, responden a la amenaza de otros grupos mediante el aumento de la cooperación dentro del propio grupo. Estos datos además concuerdan también con la investigación antropológica, que ha puesto de manifiesto que los hombres guerreros en las sociedades tradicionales tribales tienen más parejas sexuales que los otros hombres, al igual que ocurre con los miembros masculinos de las pandillas modernas.
En definitiva, este es uno de los primeros estudios empíricos en examinar la asociación entre apareamiento y guerra, y además, los resultados obtenidos se suman a otras evidencias sobre los comportamientos de los machos humanos a la hora de emparejarse, así como promueve nuevos debates sobre la presencia de contenidos eróticos o sexuales en los medios de comunicación, ya que pueden promover la agresividad, o también nuevas pistas para posteriores estudios sobre los orígenes de la guerra humana.

martes, 19 de julio de 2011

Trabajar 21 horas a la semana

21 horasEn Ecología Verde publican una referencia a un artículo de un think tank británico, la New Economics Foundation, titulado 21 hours: a new norm for the working week? (en castellano: 21 horas) en el que se propone para superar la crisis y los problemas económicos reducir la jornada laboral a 21 horas a la semana. La parte tal vez más interesante es que aparte del aspecto puramente económico esto se combinaría con la idea de mejorar las condiciones vitales de las personas y el respeto al medio ambiente, que serían en parte las que permitirían realizar esa reducción a todos sin que ello supusiera una disminución en el nivel de vida.
Se trata de cuestionar las actuales nociones sobre el trabajo y el tiempo, cambiar lo que se considera normal, de agitar las conciencias de la ciudadanía para que piensen en un cambio de dirección significativo. Esta propuesta de reducir y redistribuir el tiempo de trabajo remunerado no puede, lógicamente, ser una única medida, sino que tiene que ir acompañada de un cambio de mentalidad en toda la sociedad (…) Plantear una semana laboral de 21 horas es ir en contra de las propuestas de reforma laboral y de jubilación que apoyan más trabajo y más consumo, olvidando por completo temas relacionados.
Lo que cualquiera puede cuestionar es que si trabajando «la mitad» de lo que es habitual, y añadiendo el adecuado ajuste mental y de costumbres de consumo y de la vida cotidiana, mantener las comodidades de vivir en la sociedad moderna del Siglo XXI. Al parecer esa es la conclusión a la que han llegado. El trabajo de la NEF es largo e incluye muchas cifras tanto de economía doméstica como macroeconómicas, y los interesados en este tipo de cuestiones encontrarán interesante dedicarle algo de tiempo.

lunes, 18 de julio de 2011

Ser positivos, la aceptación y el humor, como estrategias más eficaces frente a los contratiempos

En la Universidad de Kent, han realizado una nueva investigación que ha revelado un replanteamiento sobre que la actitud  positiva, la aceptación y el humor, son las estrategias más eficaces para hacer frente a los fracasos.


En un artículo publicado por la revista internacional Anxiety, Stress & Coping, el Dr. Joachim Stoeber y el Dr. Dirk Janssen, de la Escuela Universitaria de Psicología, describen estas tres estrategias como las más eficaces para el tratamiento de pequeños fracasos y contratiempos, además de ayudar a las personas a mantener alto su ánimo y sentirse satisfechos al final del día.

En el estudio, cogieron una muestra de 149 estudiantes que completaron los informes diariamente de 3 a 14 días, informaron de sus experiencias más molestas a lo largo del día y qué estrategias utilizaron para hacer frente al fracaso, y el grado de satisfacción que sentían al final de la día. Entre ellas estaba el apoyo emocional o instrumental, la auto-distracción, la negación, la religión, la ventilación, el uso de sustancias; el sentimiento de culpa y la ruptura de comportamiento.

De estos, las actitudes de apoyo social (tanto emocional como instrumental), la negación, la ventilación, la separación del comportamiento y la culpa, tuvieron efectos negativos sobre la satisfacción al final del día: La mayoría de los estudiantes que usaron estas estrategias en el se sintieron más molestos y menos satisfechos al final de la jornada.

Por el contrario, el replanteamiento positivo (es decir, el tratar de ver las cosas de una forma más positiva buscando algo bueno en lo ocurrido), la aceptación y el humor, como actitudes para enfrentar los hechos, tuvieron efectos positivos sobre la satisfacción: los estudiantes que más utilizaron estas estrategias se sintieron más satisfechos al final del día.

Dr. Stoeber es una autoridad en el perfeccionismo, la motivación y el rendimiento, y cree que lo que confirma estos hallazgos serán de gran interés para los médicos, consejeros y todos los que trabajan en la investigación sobre el estrés. «El hecho de que el replanteamiento positivo fuese útil para los estudiantes con altas preocupaciones perfeccionistas es particularmente importante, porque sugiere que incluso las personas de alto nivel perfeccionista, que ostentan una tendencia a estar insatisfechos, no importa lo que consigan, sean capaces de experimentar altos niveles de satisfacción, sobre todo si utilizan el replanteamiento positivo para afrontar la percepción de fallos», indicaba el doctor.

Y añadía que, una recomendación útil para cualquiera que trate de afrontar algo, sería tratar de encontrar rasgos positivos en esos hechos que consideran como "fracasos" y replantearlos de una forma más positiva, por ejemplo, centrarse en lo que se ha logrado, en lugar de lo perdido. "No sirve de nada quedarse rumiando los pequeños fracasos y contratiempos y dejar que te arrastren más abajo," aconsejaba. "Es más útil, en cambio, probar a aceptar lo que haya sucedido, buscar los aspectos positivos, y si es algo pequeño, reirse de ello."

  • Referencia: University of Kent, 04 de julio 2011, vía AlphaGalileo.org .
  • Información bibliográfica: El artículo 'Perfectionism and coping with daily failures: positive reframing helps achieve satisfaction at the end of the day' por Joachim Stoeber y Dirk P. Janssen, está disponible en kar.kent.ac.uk, (en .pdf) .

Los babuinos con mayor estatus social sufren más estrés

Estar en la cima de la jerarquía social de los babuinos salvajes es más costoso de lo que se pensaba. Así lo revela un estudio internacional, liderado por la Universidad de Princeton (EE UU). Los resultados, publicados ahora en la revista Science, confirman que los machos alfa (de mayor rango) padecen un mayor estrés a nivel hormonal que los machos con un rango por debajo, incluso durante periodos de estabilidad.

“Para los babuinos, estar en la cima de la jerarquía social tiene numerosas ventajas: un mejor acceso a los recursos alimentarios y la prioridad para reproducirse con más hembras fértiles para asegurarse una descendencia más abundante”, explica a SINC Laurence Gesquiere, autora principal del estudio e investigadora en el departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Princeton (EE UU).

Sin embargo, el estudio, que se publica ahora en Science, demuestra que estas ventajas tienen ciertas consecuencias. “Los machos alfa están más estresados que los machos inmediatamente inferiores (machos beta)”, subraya Gesquiere quien añade que los machos alfa se pelean más que los otros machos y tienen que vigilar a las hembras fértiles para evitar que se reproduzcan con otros machos.

“Estos dos comportamientos requieren un enorme gasto de energía por parte de los machos alfa. Sin embargo, las dos categorías de macho reciben el mismo índice de desafíos a su estatus y las mismas tasas de despioje y acicalamiento, una actividad, que se compara con el masaje humano, y durante la cual el estrés del babuino disminuye”, apunta a SINC la investigadora.

Para llegar a estos resultados, los investigadores estudiaron 125 machos adultos de cinco grupos sociales de babuinos salvajes de la cuenca de Amboseli (Kenia), y midieron durante nueve años los niveles de testosterona a través de muestras fecales y los niveles de la hormona del estrés llamada glucocorticoide.

“Además de altos niveles de glucocorticoides, los machos alfa tienen altas concentraciones de testosterona, una hormona importante para su reproducción”, manifiesta la experta. Según Gesquiere, mantener altos niveles de estas hormonas durante largos periodos de tiempo tendrá consecuencias a largo plazo para la salud y la supervivencia de los babuinos, porque “los glucocorticoides y la testosterona inhiben las defensas inmunitarias del organismo”, señala la científica.

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(Foto: SINC)

Los hallazgos tienen implicaciones en el estudio de las jerarquías sociales y del impacto de la dominación social en la salud y el bienestar, un tema de interés entre los investigadores dedicados al estudio de las poblaciones humanas y de otros animales.

“Los babuinos no sólo están genéticamente relacionados con los humanos, sino que, al igual que estos, viven en sociedades muy complejas”, afirma Gesquiere. Aunque es difícil extrapolar los resultados de este estudio a los humanos, numerosos trabajos han demostrado la importancia del estatus socioeconómico de las personas en la salud.

Pero “no se sabe mucho sobre la concentración de glucocorticoides en las personas de diferente estatus social o sobre los costes y beneficios de cada posición en la jerarquía social”, indica la bióloga.

Para Jeanne Altmann, coautora del estudio y también investigadora en la Universidad de Princeton, los babuinos son “buenos modelos” para proporcionar información con la que identificar la posición ideal en una sociedad compleja en distintas condiciones. (Fuente. SINC)

No se aprende a contar si no se va más allá del número 3

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Los niños en edad preescolar sólo comprenden el verdadero 
concepto de contar si se les enseña a entender el valor de cantidades de objetos superiores a tres. (Foto: iStockphoto.com)


















Parece que los niños en edad preescolar sólo comprenden el verdadero concepto de contar si se les enseña a entender el valor de cantidades de objetos superiores a tres. En otras palabras, dado que cuando miramos a un grupo de tres objetos, y a otro de dos, no necesitamos contar los objetos de cada uno para saber que hay más en el de tres que en el de dos, difícilmente entenderá un niño lo que implica saber contar, mientras trabaje con cantidades tan bajas como 3
.

El equipo de las psicólogas Elizabeth Gunderson y Susan Levine, de la Universidad de Chicago, ha investigado cómo los niños y niñas pequeños llegan a comprender la conexión entre los nombres de los números y su valor numérico real. Esa conexión se conoce como principio cardinal, el cual establece que el tamaño en unidades de un conjunto de objetos está determinado por el último número que se llega a contar en el conjunto.

Aprender a recitar los nombres de los números en orden no es lo mismo que entender el principio cardinal, tal como argumentan Gunderson y Levine. La investigación ha mostrado que a los niños que llegan a la educación preescolar con una buena comprensión del principio cardinal les va mejor con las matemáticas.

En estudios anteriores, Levine ya demostró que la exposición a un lenguaje relacionado con los números mejora la comprensión de las matemáticas en los niños pequeños. En el nuevo estudio, ha ido un paso más lejos. Los resultados de esta investigación indican que los niños que son expuestos a los nombres de los números del 4 al 10, además de los de los números del 1 al 3, llegan a comprender el principio cardinal antes que los niños que tienen poca exposición a los nombres de estos números mayores.


Los estudios futuros que se hagan en esta línea de investigación, podrían conducir a mejores estrategias para que los padres y educadores logren de los niños un aprendizaje más temprano de las matemáticas.

Filman lo que le sucede al cerebro al caer en un estado de inconsciencia

Unos investigadores han sido los primeros en conseguir observar lo que le sucede al cerebro al caer en un estado de inconsciencia. Han logrado ver en tiempo real el proceso de pérdida de la conciencia en regiones del cerebro anatómicamente distintas.

Usando un sofisticado equipamiento de obtención de imágenes, han elaborado una película en 3D que muestra cómo cambia la actividad del cerebro a medida que hace efecto en él un anestésico.

El equipo de Brian Pollard, profesor de anestesiología en la Universidad de Manchester (Reino Unido), ha llegado a la conclusión de que las imágenes 3D en tiempo real indican que en la pérdida de la consciencia está implicado un cambio en la actividad eléctrica a gran profundidad en el cerebro. Ese cambio altera la actividad de ciertos grupos de neuronas e impide la comunicación entre diferentes partes del cerebro.

Los resultados parecen apoyar una hipótesis presentada por la profesora Susan Greenfield, de la Universidad de Oxford, sobre la naturaleza misma de la consciencia. Greenfield sugiere que la consciencia está conformada por diferentes grupos de células cerebrales, que pueden o no trabajar juntos con eficacia, dependiendo ello de los estímulos sensoriales disponibles, y que la consciencia no es un estado de simplemente encendido o apagado, sino que funciona más bien como un potenciómetro, que cambia de posición con los efectos del crecimiento, el estado de ánimo o los fármacos. Cuando alguien está anestesiado, parece que los citados grupos pequeños de células cerebrales no funcionan juntos con tanta eficiencia, o bien se inhibe la comunicación con otros grupos de neuronas.

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El cerebro anestesiado, tal como lo muestra el escáner fEITER usado en la investigación. (Foto: Universidad de Manchester)

Pollard y sus colaboradores están ahora trabajando en tratar de interpretar más detalladamente los cambios que han observado. Aún se desconoce qué sucede exactamente dentro del cerebro al caer en un estado de inconsciencia, pero el logro del equipo de Pollard es un paso crucial hacia ese conocimiento.

Problemas mentales derivados de la contaminación atmosférica

Una exposición prolongada a la contaminación atmosférica puede llevar a cambios físicos en el cerebro, así como ocasionar problemas de aprendizaje y de memoria, e incluso ansiedad. Así lo sugieren los resultados de una nueva investigación con ratones.

Mientras que otros estudios han mostrado los efectos perjudiciales del aire contaminado en los pulmones y en el corazón, éste es el primero en mostrar el impacto negativo sobre el cerebro.

El equipo de Laura Fonken, Randy Nelson, Qinghua Sun y Sanjay Rajagopalan, de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, ha extendido al cerebro una línea de investigación anterior en la cual se comprobó que el material particulado fino que flota en el aire, por culpa sobre todo de la contaminación atmosférica causada por el Hombre, causa inflamación en buena parte del cuerpo, y puede estar relacionada con problemas de presión arterial alta, diabetes y obesidad.

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Randy Nelson. (Foto: OSU)
Fonken y sus colaboradores expusieron a los ratones a un aire contaminado o filtrado durante seis horas cada día, cinco días por semana, a lo largo de un período de 10 meses, casi la mitad del tiempo de vida medio de los ratones.

El aire contaminado contenía partículas finas, el mismo tipo de polución creado por automóviles, fábricas y el polvo natural. Las partículas finas de esa clase son diminutas, de unos 2,5 micrómetros de diámetro, o aproximadamente una treintava parte del grosor de un cabello humano. Estas partículas pueden penetrar a gran profundidad en los pulmones y otros órganos del cuerpo.

La concentración de este material particulado al que fueron expuestos los ratones es equivalente a la concentración a la que las personas pueden estar expuestas en algunas áreas urbanas contaminadas.

Después de transcurridos los 10 meses, los investigadores sometieron los animales a una serie de pruebas de comportamiento. Tanto la conducta de los ratones, como los resultados de los exámenes neurológicos que se les hizo, denotan que los sometidos al aire polucionado tenían más problemas de aprendizaje y memorización, y mayores niveles de ansiedad.
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Foto: NCYT/MMA

Los resultados sugieren que la exposición prolongada al aire contaminado puede tener efectos medibles y negativos en el cerebro humano, capaces de provocar diversos problemas de salud mental. Esto podría acarrear consecuencias importantes y preocupantes para quienes viven y trabajan en áreas urbanas contaminadas.

domingo, 17 de julio de 2011

La ley de Weber: ¿cruzarías la ciudad para ahorrarte 25 euros en un microondas que vale 100?

Nuestra vida está llena de contradicciones, incluso tan evidentes que cualquier mente lógica y analítica, tipo HAL9000, directamente nos enviaría a un centro psiquiátrico, con arneses, bozal y toda la pesca. Os voy a confesar la última: el otro día estuve una hora dando vueltas por un pueblo costero buscando una cafetería donde el espresso no costara más de 1,5 €, un precio que me parece de todo punto abusivo. Al final encontré un café por 1,10 €. Me ahorré 40 céntimos.

 Sergio Parra   9 de julio de 2011 | 00:10ahorro.jpgSin embargo, ayer quería sacar una gran suma de dinero de un cajero de ese mismo pueblo. No encontraba un cajero de mi entidad bancaria, y después de 10 minutos dando vueltas, finalmente asumí que sacaría dinero de otra entidad, lo que acarreaba un coste de 2 € (por cierto, otro abuso que espero que un día reclamemos eliminar en la puerta de los bancos, con antorchas, palos y cosas intimidatorias en general).
Si analizamos ambas situaciones, algo falla. Soy capaz de invertir una hora de mi vida por unos céntimos, y a la vez soy capaz de gastarme 2 € para ahorrarme unos minutos de mi vida sólo unos pocos días después.
Este problema de lógica es muy común en la mente humana. Si nos preguntaran si cruzaríamos la ciudad para ahorrarnos 25 € en un microondas que vale 100 €, la mayoría de nosotros diría que sí. Si nos preguntaran si haríamos lo mismo para ahorrarnos la misma cantidad en un televiso que vale 1.000 €, la mayoría de gente diría que no. Y estamos hablando del mismo ahorro.

Si un viaje así vale la pena o no, desde el punto de vista de una mente lógica, sólo debería depender de dos factores: el valor de nuestro tiempo y el coste del combustible. Sin embargo, nuestro cerebro no se lo plantea así: si nos podemos ahorrar 25 de 100 €, pensamos: es el 25 %. Si nos ahorramos sólo 25 de 1.000 €, entonces pensamos, bah, sólo es el 2,5 %. Pero la cuestión es que estamos hablando de exactamente la misma cantidad de ahorro.
La mayoría de gente no piensa en términos absolutos con esta clase de decisiones, sino en términos relativos. Y es que todos los animales vertebrados están provistos de lo que algunos psicólogos llaman “sistema aproximado” para los números, de modo que son capaces de distinguir más de menos. Pero este sistema tiene a su vez la peculiaridad de ser “no lineal”: la diferencia entre 1 y 2 parece subjetivamente mayor que la diferencia entre 101 y 102.
Nuestro cerebro está bajo la influencia de lo que se denomina Ley de Weber, que establece una relación cuantitativa entre la magnitud de un estímulo físico y cómo éste es percibido. Fue propuesta en primer lugar por Ernst Heinrich Weber (1795-1878), y elaborada hasta su forma actual por Gustav Theodor Fechner (1801-1887). La ley establece que: el menor cambio discernible en la magnitud de un estímulo es proporcional a la magnitud del estímulo.
Y la explicación evolutiva para que tengamos esa falla cognitiva es que nuestro cerebro no han sido diseñado para relacionarse con el dinero sino con la comida, tal y como señala Gary Marcus:
En ciertos ámbitos, seguir la ley de Weber tiene sentido hasta cierto punto: el almacenaje de dos kilos más de trigo con relación a un punto de partida de cien kilos no va a tener importancia si al final toda cantidad superior a unos cuantos kilos se estropea; lo que de verdad importa es la diferencia entre la inanición y la supervivencia. (…) Así que incluso hoy en día se dan notables cruces entre ambos. La gente, por ejemplo, se inclina menos a donar dinero a las organizaciones benéficas si tiene hambre que si está saciada; al mismo tiempo, los sujetos de experimentación (excluyendo aquellos que están a dieta) sometidos a un estado de “gran deseo de dinero” comen más M&M durante un test de sabor que las personas que se hallan en un estado de “escaso deseo de dinero.
Vía | Kluge de Gary Marcus

23 formas (médicas) de perder peso sin hacer dieta

Aunque el verano ya llegó y es un poco tarde para ponerse con la Operación Bikini, os quiero presentar 24 formas de perder peso sin hacer dieta. Son formas que están médicamente contrastadas, así que tampoco os hubieran servido para la apresurada Operación Bikini. Porque recordad: para afirmar que una dieta funciona no basta con aducir que te hace perder peso (también vivir en un campo de concentración te hace perder peso y nadie podría admitir esa clase de dieta como saludable).
1. Come con tiempo. Saborear cada bocado y hacer que dure, porque las señales que nos indican que ya estamos saciados son un poco lentas y si comemos rápido podemos llegar a comer más de lo que necesitamos.

2. Dormir más. Según un investigador de la Universidad de Michigan, dormir una hora más cada noche podría ayudar a una persona a perder de 6 kg en un año.
3. Comer más verduras. El alto contenido de fibra y el agua que te sacia con menos calorías. Cocinar sin grasa añadida. Y sazonar con jugo de limón y hierbas en lugar de ahogar la comida en salsas altas en grasa.
4. Comer sopa. Añadir una sopa a base de caldo cada día. La sopa es especialmente útil en el inicio de una comida, ya que retarda la comida y quita el apetito.
5. Comer granos integrales. Arroz integral, cebada, avena…
6. Guarda unos pantalones ajustados una talla por debajo de la que usas. Perder peso es fácil en forma de agua, lo difícil es perder la grasa. Y al mirarnos al espejo a menudo, nos cuesta distinguir si hemos perdido poco peso. Una forma de saberlo y premiarnos por ello es tener una prenda de ropa una talla por dejabo de la que usamos. Cuando nos sienta bien, tendremos la prueba de que nuestra dieta funciona.
7. No comer bacon. Quitar las dos tiras de bacon en el desayuno o en un sándwich en el almuerzo. Este simple movimiento permite ahorrar alrededor de 100 calorías.
8. Comer pizzas vegetales. Si te encanta la pizza, cómela con moderación, y sobre todo usa ingredientes vegetales en vez de carne.
9. Bebidas sin azúcar. Reemplazar una bebida con azúcar por agua y evitarás 10 cucharaditas de azúcar. Para darle sabor puedes añadir limón o menta.
10. Usa un vaso alto y delgado. Si bebes algo con azúcar, entonces visualmente te cundirá más si el vaso es alto y delgado que ancho y chato. Beberás un 25-30% menos. Brian Wansink comprobó que las señales visuales pueden engañarnos a consumir más o menos. En sus estudios en la Universidad de Cornell encontró todo tipo de personas consumieron más en un vaso corto y ancho, incluso los camareros con experiencia.
11. Limita el alcohol. El alcohol tiene más calorías por gramo (7) que los carbohidratos (4) o las proteínas (4).
12. Toma té verde. Algunos estudios sugieren que puede acelerar la quema de calorías, posiblemente a través de la acción de las llamadas catequinas. En cualquier caso, tendrás una bebida refrescante sin toneladas de calorías.
13. Relájate. Haz ejercicios de relajación, como el yoga. Las mujeres que hacen yoga tienden a pesar menos que el resto, según un estudio publicado en Journal of the American Dietetic Association.
14. Come en casa. Comer comidas hechas en casa por lo menos cinco días a la semana.
15. Hacer pausas mientras comes. Métete la porción de comida en la boca, y luego deja el cubierto sobre el plato y disfruta de la conversación que está teniendo o del libro que estás leyendo.
16. Masticar chicle de menta. Masticar chicle sin azúcar con un sabor fuerte reduce el ansia de picotear, y además consigue que si comemos algo, esto tenga un sabor menos agradable debido a los restos de sabor del chicle.
17. Platos más pequeños. Lo mismo que sucedía con los vasos, ocurre con los platos. Reducir el tamaño del plato o tazón puede disminuir nuestra ingesta de 100 a 200 calorías al día.
18. Porciones de comida pequeños.
19. Regla 80 – 20. Los estadounidenses están condicionados a seguir comiendo hasta que se llenan, pero los residentes de Okinawa comen hasta que se llenan al 80%. Incluso tienen un nombre para este hábito natural para adelgazar: hara hachi bu. Reduce tus comidas un 20 %.
20. Sigue reglas si comes en un restaurante. El restaurante es un lugar peligroso si estás a dieta, así que sigue una serie de reglas. Comparte un plato con tu acompañante. Evita los aperitivos. Escoge el plato infantil. También puedes pedir que te metan en una bolsa la mitad de lo que has pedido para comértelo más tarde.
21. La salsa roja. Las salsas a base de tomate tienden a tener menos calorías y menos grasa que las salsas a base de crema. Tenedlo en cuenta en vuestros platos de pasta.
22. Comer menos carne. Comer comidas vegetarianas más a menudo es un buen hábito para adelgazar.
23. Quema 100 calorías. Camina rápido 20 minutos, corre 10 minutos, limpia la casa durante media hora… estos pequeños ejercicios, a largo plazo, no sólo queman calorías sino que reducen el apetito.

Leer nos cambia el cerebro... más de lo que creemos

Corre por ahí el bulo de que leer no es para tanto. Que ya existe la televisión, que vivimos en un mundo audiovisual, y que por tanto la lectura es una actividad como cualquier otra, casi un hobbie, algo marginal que irá retrocediendo con el tiempo. Pero no es así.

La lectura de libros o de textos que requieran concentración y tiempo nos permite llegar a lugares a los que otras tecnologías tienen vedado el paso. No sólo se profundiza en asuntos complejos sino incluso en emociones complejas.
Una buena prueba de ello es cómo piensa un lector respecto a un analfabeto. Los cerebros lectores entienden de otra manera el lenguaje, procesan de manera diferente las señales visuales; incluso razonan y forman los recuerdos de otra manera, tal y como señala la psicóloga mexicana Feggy Ostrosky-Solís.
Los cerebros de los lectores incluso difieren entre sí según qué lecturas tengan por bagaje. Y no sólo estoy hablando de leer Dostoievsky o Pablo Coelho, sino que influye incluso el idioma en el que leemos.
Los lectores de inglés, por ejemplo, elaboran más las áreas del cerebro asociadas con descifrar las formas visuales que los lectores en lengua italiana. Según se cree, la diferencia radica en el hecho de que las palabras inglesas presentan con más frecuencia una forma que no hace evidente la pronunciación. ¿No habéis visto en las películas que a menudo las personas deben deletrear su nombre para que la otra persona sepa cómo se escribe? Por el contrario, las palabras italianas, así como las españolas, suelen escribirse exactamente como se pronuncian.
Por esa razón, también, los vocabularios de las culturas que aprendían a leer incrementaban sus recursos lingüísticos. Por ejemplo, el vocabulario inglés, limitado a unos pocos miles de palabras, se amplió hasta más de un millón con la proliferación de los libros.
Pero ¿qué pasa exactamente, en tiempo real, en el cerebro de una persona que lee y entiende lo que lee, a diferencia de una persona que simplemente mira las imágenes en una pantalla o escucha las palabras de un cuentista?

En 2009, la revista Psychological Science publicó un estudio al respecto, llevado a cabo en el Laboratorio de Cognición Dinámica de la Universidad de Washington, cuya principal investigadora fue Nicole Speer.
Los lectores simulan mentalmente cada nueva situación que se encuentran en una narración. Los detalles de las acciones y sensaciones registrados en el texto se integran en el conocimiento personal de las experiencias pasadas. Las regiones del cerebro que se activan a menudo son similares a las que se activan cuando la gente realiza, imagina u observa actividades similares en el mundo real.
Y todo esto es así porque leer es una actividad muy poco natural. Imaginaos: ¿acaso nuestros antepasados podían concebir permanecer sentados durante mucho tiempo, sin moverse, con la vista fija en un punto estático en la que no está pasando nada? Es decir: mirando pulpa de árbol prensada manchada con lo que parecen insectos aplastados. Más que un ser humano eso parecería una estatua. Un observador analfabeto no entendería qué mira tanto esa criatura porque todo pasa en su cabeza. De algún modo, el humano lector es casi una nueva especie.
El estado natural del cerebro humano, así como el de la mayoría de los primates, tiende a la distracción. Basta con que aparezca cualquier estímulo interesante, y nuestro cerebro sentirás interés por él, olvidándose de lo que estaba haciendo. Sin embargo, leer un libro requiere de una capacidad de concentración intensa durante un largo periodo de tiempo.
Esta tendencia a distraernos con nuevos estímulos, según la psicología evolutiva, tiene mucho sentido. Nuestros ancestros debían tener cerebros hambrientos de novedades y dispuestos a captar cualquier irregularidad: los objetos estacionarios o invariables forman parte del paisaje y mayormente no se perciben. Los ancestros que no tenían esta capacidad, seguramente tenían mayor probabilidad de morir (por ejemplo, un depredador que acecha) o menor probabilidad de fijarse en una oportunidad (por ejemplo, una fuente cercana de alimentos, lo cual también se traducía en una muerte prematura). Y un ancestro muerto es un ancestro que no se reproduce y que no deja en herencia a su prole sus genes, es decir, rasgos como un cerebro que no tiende a la distracción.
Todos los que en el pasado tenían cerebros predispuestos para la concentración y la linealidad, por tanto, se extinguieron. Nosotros somos descendientes de no lectores. Compartimos sus vetas genéticas. Tal y como señala Nicholas Carr:
Leer un libro significaba practicar un proceso antinatural de pensamiento que exigía atención sostenida, ininterrumpida, a un solo objeto estático. Exigía que los lectores se situaran en lo que el T. S. Eliot de los Cuatro cuartetos llamaba “punto de quietud en un mundo que gira”. Tuvieron que entrenar su cerebro para que hiciese caso omiso de todo cuanto sucedía a su alrededor, resistir la tentación de permitir que su enfoque pasara de una señal sensorial a otra. Tuvieron que forjar o reforzar los enlaces neuronales necesarios para contrarrestar su distracción instintiva, aplicando un mayor “control de arriba abajo” sobre su atención. “La capacidad de concentrarse en una sola tarea relativamente sin interrupciones”, escribe Vaughan Bell, psicólogo del King´s College de Londres, representa “una anomalía en la historia de nuestro desarrollo psicológico.
Los libros son el equivalente intelectual de los antibióticos, los aditivos o el aire acondicionado. Son una tecnología capaz de diluir un poco más nuestra humanidad de serie y moldear nuestro cerebro para alcanzar finisterres que hace apenas unos siglos eran inalcanzables. Son una tecnología diferente a Internet, la telvisión o el teléfono móvil, así que vale la pena que no la perdamos.
Ni que decir tiene que mucha gente había cultivado una capacidad de atención sostenida mucho antes de que llegara el libro e incluso el alfabeto. El cazador, el artesano, el asceta, todos tenían que entrenar su cerebro para controlar y concentrar su atención. Lo notable respecto de la lectura de libros es que en esta tarea la concentración profunda se combinaba con un desciframiento del texto e interpretación de su significado que implicaban una actividad y una eficiencia de orden mental muy considerables. La lectura de una secuencia de páginas impresas era valiosa no sólo por el conocimiento que los lectores adquirían a través de las palabras del autor, sino por la forma en que esas palabras activaban vibraciones intelectuales dentro de sus propias mentes.
Así, lectores del mundo, antinaturales todos, si pensáis más profundamente es porque leéis más profundamente. Porque, en ocasiones, ser antinatural es lo más de lo más.
Vía | Superficiales de Nicholas Carr