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sábado, 27 de agosto de 2011

Detectar mentiras en la cara de quien las dice, aunque amortigüe su expresividad facial

Aún cuando una persona que está mintiendo ponga cara de póquer para no dejar entrever ningún indicio emocional de lo que pasa por su mente, hay huellas sutiles que seguirán delatándola.

Ésta es la conclusión a la que ha llegado el equipo de Mark Frank de la Universidad en Buffalo (Universidad Estatal de Nueva York).

Frank ha pasado dos décadas analizando las caras de personas mientras mienten.

Los resultados de su más reciente estudio sobre el tema, llevado a cabo junto a Carolyn M. Hurley, indican que aunque los mentirosos pueden amortiguar movimientos faciales como los de las cejas o las sonrisas cuando un policía o alguien con autoridad les está haciendo preguntas sobre aquello que fingen no conocer o no haber hecho, no es posible reducir hasta cero los movimientos faciales delatadores, ni mantener todo el rato esa disminución de expresividad.

Las conclusiones se basan en el análisis, cuadro a cuadro, o fotograma a fotograma, de filmaciones de movimientos faciales hechas durante interrogatorios a voluntarios, algunos de los cuales mentían, mientras que otros decían la verdad. A estos sujetos de estudio se les pidió que suprimieran partes específicas de las expresiones faciales.

Hurley y Frank detectaron que esos componentes de expresiones faciales ciertamente pueden ser minimizados, pero no eliminados del todo, y que pedirles a los sujetos que suprimieran un elemento de la expresión provocaba la reducción de todos los movimientos de la cara.

A pesar de estos resultados, la mayoría de los 60 participantes del estudio declaró creer que había controlado por completo el movimiento indeseado de los músculos faciales, y que había mantenido cara de póquer durante todo el interrogatorio.

[Img #3900]
Mark Frank. (Foto: U. Buffalo)

Las contramedidas conductuales son las estrategias que un sujeto bien instruido por psicólogos criminalistas puede poner en práctica para controlar deliberadamente el comportamiento del rostro, o incluso del cuerpo, a fin de engañar a policías y hasta a detectores de mentiras.

Hasta este estudio, las investigaciones realizadas no habían conseguido aclarar debidamente si la gente que está mintiendo puede suprimir por completo elementos de su expresión facial como contramedida para que no se note que miente.

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