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lunes, 7 de septiembre de 2009

Un pequeño con autismo sorprende por la evolución que logró en siete años

Un especialista destacó que el problema, tratado a tiempo, puede ser encauzado, aunque no puede curarse. Se aplicará en Tucumán la metodología del experto Hunter-Watts. Campañas. José Ignacio le ahorra todas las preguntas a LA GACETA. El mismo habla sobre su afección y hasta bromea respecto de ella.

En el parque de su casa de Yerba Buena, José Ignacio Ascárate, de 10 años, se comporta como un verdadero guía de turismo cada vez que recibe visitas, según él mismo lo admite. "Ustedes son de LA GACETA y vinieron a entrevistarme a mí... porque soy un niño con síndrome de Asperger (una categoría del espectro autista). Bueno, entonces vamos que quiero mostrarles el patio y contarles qué me gusta hacer y qué es lo que me molesta...", expresó mientras abría la puerta e invitaba a LA GACETA a seguirlo.
Durante el paseo José Ignacio explicó qué actividades realizan él y su familia en cada rincón del parque, llamó a los árboles y plantas por su nombre, señaló cuál de ellos tiene parásitos y hasta explicó cómo se reproducen los árboles y cuándo y por qué florecen. "Este gomero es mi favorito y me gusta treparlo. Desde ahí tiro piedritas y me gusta espiar a los vecinos... y a veces converso con ellos. Ese es el chiste ¿no? También nado, pero la pileta está sucia porque estamos en invierno", contó. Sus padres, Claudia y José Ricardo Ascárate, y el principal referente argentino en autismo, Claudio Hunter Watts -su formador- seguían de cerca la charla.

- Contanos a qué colegio vas.
- Al Nueva América.

- ¿Cuáles son tus materias preferidas?

- Matemáticas, Inglés -porque jugamos y es divertido-, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Plástica. Tengo mucha memoria visual y soy muy detallista cuando dibujo.... (se dispersó y cambió de tema) ¿Saben por qué está Claudio en mi casa? Viene por mí, porque soy un Asperger y no tengo mucha relación con otros chicos; me gusta estar aislado, a veces me distraigo, pero no soy un autista de esos que no hablan... ¡Ah!, poné que también me gustan las artes marciales, el tiro al blanco, el fútbol y los videojuegos.

Hunter-Watts terció en la charla para aclarar que José Ignacio está aprendiendo a jugar en equipo mediante el fútbol. "Esto es muy importante: ahora estamos trabajando la socialización", dijo.
José Ignacio tenía tres años cuando Hunter-Watts le diagnosticó el trastorno neurobiológico y comenzó el tratamiento.
En el aspergiano, según el experto, no existe evidencia de retraso cognitivo y la gran mayoría tiene una capacidad intelectual por arriba de lo normal y por eso memorizan detalladamente todo lo que los motiva. Cada caso es único, varía con el tiempo y se ve influido cuando recibe apoyo especializado en cara área. Este es el caso de José Ignacio. Toda su familia cumple un papel importante: desde un comienzo le brindaron contención, comprensión y emprendieron con amor el empinado camino de ayudarlo a desarrollar sus capacidades dentro de las limitaciones que pone este tipo de trastorno neurobiológico. Y los resultados son asombrosos, según destaca Hunter-Watts. "Nosotros les vamos dando herramientas a los padres y a los profesionales que lo tratan -dijo- para que el niño pueda desarrollar todas sus potencialidades. Aunque debe quedar claro que ningún tipo de autismo se cura".
El día más emocionante para José Ignacio fue cuando lo invitaron por primera vez a quedarse a dormir en la casa de unos amigos. "Aquella noche vi a mi hijo inmensamente feliz. Creo que su felicidad se debía a que en ese momento él comprendía acabadamente que podía ser como los demás; que sus compañeros y amigos no lo veían como un chico aspergiano o diferente -como él mismo se define- sino como a otro niño normal y corriente", recordó su madre sin disimular su emoción.

Einstein y Bill Gates son algunos de los aspergianos notables

Se considera a Albert Einstein y a Isaac Newton como casos de síndrome de Asperger. De Einstein, por ejemplo, se dice que no habló hasta los 3 o 4 años y que no lo hizo fluidamente hasta los 9. Fue un niño con berrinches, que repetía lo que decía y sus padres lo consideraban retrasado. Newton sufría de epilepsia y tartamudeaba. Otros notables con diagnóstico de Asperger son: el actor comediante Dan Aykroyd; el creador de la franquicia Pokémon, Satoshi Tajiri, el fallecido creador de Pink Floyd, Syd Barrett, y el multimillonario y creador de Windows, Bill Gates.

lunes, 20 de julio de 2009

Autismo y genes

Los afectados por este trastorno tienen seis alteraciones genéticas comunes. Gautena valora el descubrimiento como «uno de los avances más importantes»

Científicos norteamericanos han encontrado seis alteraciones genéticas comunes en todos los individuos con autismo cuyos genomas han estudiado. El descubrimiento confirma la hipótesis del origen genético de este trastorno, apunta a que podría deberse a un fallo en la conectividad neuronal y acerca el momento en que se puedan administrar tratamientos más eficaces. Desde Gautena (asociación guipuzcoana de autismo) se valora como uno de los avances más importantes desde que en 1943 Leo Kanner describió el síndrome.

El genoma es el guión de la película del desarrollo de un organismo: programa cómo va a evolucionar a lo largo de su vida y está en cada una de sus células. Los de las personas con autismo presentan seis diferencias con respecto a los de la población sana, según el resultado de la investigación realizada por científicos del Departamento de Genética Humana de la Universidad de Miami y del Hospital Infantil de Filadelfia. Dichos expertos han localizado esas desviaciones en el cromosoma 5, lo que despeja definitivamente las incógnitas sobre el origen y la naturaleza de este cuadro clínico, puesto que las apreciadas en todos los estudios anteriores eran demasiado dispares como para causar una única patología.

Las alteraciones encontradas son del tipo que se conoce como polimorfismo, cuya presencia indica la predisposición a adquirir una determinada enfermedad y afectan a los genes cadherina 9 y cadherina 10, que están implicados en la adhesión celular de las neuronas. Este hallazgo coincide con las conclusiones de otros trabajos en los que se evidencia una reducida conectividad entre las células neuronales en los casos de autismo y sugiere que el trastorno podría originarse de la falta de vínculo estructural y funcional de determinadas regiones del cerebro: se trataría de un síndrome de desconexión neuronal.

Mejora de tratamientos

Desde Gautena, el doctor Ignacio Gallano, psiquiatra y responsable del equipo clínico de la asociación, valora la novedad como «uno de los avances más importantes habidos hasta la fecha. Transforma el autismo en una patología sobre la que se podrá incidir en cuanto se generalice la aplicación de los tratamientos genéticos y precisa el campo sobre el que hay que actuar».
Según este facultativo, las conclusiones de estos estudios cuentan con todos los avales: «desde la dimensión de la muestra estudiada, mucho más que suficiente para validar los resultados, hasta la coincidencia de éstos con los de otros trabajos sobre autismo, pasando por la autoría de dos de los genetistas que más éxito han tenido en el campo de las neurociencias: Margaret Pericak-Vance y Hakon Hakonarson».