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domingo, 9 de octubre de 2011

Hace 1,8 millones de años, el Ser Humano ya fabricaba herramientas de piedra

Un nuevo estudio sugiere que el Homo erectus, un precursor de los humanos modernos, ya utilizaba métodos avanzados de fabricación de herramientas, en África Oriental, hace 1,8 millones de años, es decir por lo menos 300.000 años antes de lo que se pensaba hasta ahora.

El estudio abre nuevos interrogantes, no exentos de misterio, acerca de dónde se originaron estos ancestros altos y delgados y cómo desarrollaron esta tecnología sofisticada para la fabricación de herramientas.

El Homo erectus apareció hace unos 2 millones de años, y se movió entre Asia y África antes de llegar a lo que se considera que debió ser un callejón sin salida en su evolución, hace cerca de 70.000 años.

Algunos investigadores piensan que el Homo erectus surgió de África Oriental, donde muchos de los fósiles más antiguos han sido hallados. Pero el descubrimiento en la década de 1990 de fósiles de Homo erectus de igual antigüedad en Georgia (país que formó parte de la antigua URSS) ha llevado a que otros expertos sugieran un origen asiático para el Homo erectus.

El nuevo estudio, a cargo del equipo de los geólogos Dennis Kent y Christopher Lepre, ambos de la Universidad Rutgers así como del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, no resuelve el debate, aunque aporta posibles pistas, si bien a costa de añadir una mayor complejidad al enigma. Hace 1.800.000 años, el Homo erectus en Dmanisi, Georgia, todavía estaba usando herramientas de corte muy sencillas, mientras que en Kenia, según el estudio, la población había desarrollado hachas, picos y otras herramientas innovadoras que pertenecen a lo que los antropólogos llaman Cultura Achelense.

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Herramientas de piedra. (Foto: Pierre-Jean Texier, National Center of Scientific Research, Francia) 
 
Las herramientas achelenses representan un gran salto tecnológico. Así que, ¿por qué el Homo erectus no llevó estas herramientas consigo a Asia?
El grado de habilidad implicado en la fabricación de tales herramientas sugiere que el Homo erectus era notablemente inteligente y capaz de planificar acciones con antelación.

En el yacimiento paleontológico de Kokiselei, Kenia, la presencia de dos métodos de fabricación de herramientas, el achelense del Homo erectus y otro bastante más primitivo que era típico del Homo habilis, podría significar que el Homo erectus y el Homo habilis vivieron al mismo tiempo en la zona.

Cabe también plantearse si el Homo erectus pudo emigrar a Dmanisi, Georgia, pero perdiendo de algún modo su tecnología achelense.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El envejecimiento del cerebro humano es muy distinto al del chimpancé

A medida que la gente envejece, su cerebro se encoge. Esta alteración del cerebro promueve diversos problemas de salud y enfermedades mentales. Inesperadamente, se ha descubierto que en los parientes vivos más cercanos de los humanos (los chimpancés) ese encogimiento es mucho menor, lo que convierte en un fenómeno único al extremo encogimiento del cerebro humano que se produce con el envejecimiento normal.

Este asombroso hallazgo lo ha hecho el equipo del antropólogo Chet Sherwood (de la Universidad George Washington, en Washington D.C.), que incluye a científicos de otras siete universidades estadounidenses.

Este grupo de antropólogos, neurocientíficos, psicólogos, biólogos y veterinarios usó resonancia magnética por imágenes (MRI) para medir el espacio ocupado por varias estructuras cerebrales en chimpancés y humanos adultos, incluyendo el lóbulo frontal y el hipocampo, un área del cerebro asociada a la memoria de corto plazo y a la de largo plazo.

Los investigadores descubrieron que los chimpancés no muestran una reducción significativa del tamaño, o atrofia, de su cerebro y del de otras estructuras internas a medida que envejecen.

Ya se sabía que los monos macacos, separados de los humanos por 30 millones de años de evolución independiente, no muestran, cuando envejecen, una atrofia cerebral generalizada como la humana. Pero muchos científicos creían que los chimpancés, separados de los humanos por sólo entre 6 y 8 millones de años de evolución independiente, mostrarían un patrón de envejecimiento cerebral mucho más parecido al humano.

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Un chimpancé. (Foto: © 2011 Jupiter Images Corporation) 
 
Sherwood y sus colegas sugieren que una explicación a este fenómeno podría ser que a medida que el Ser Humano desarrolló la capacidad de vivir más años que el chimpancé, el resultado fue un alto grado de degeneración cerebral a medida que se envejece. En consecuencia, los humanos somos únicos entre los animales al ser susceptibles a ciertas neuropatologías, tales como la enfermedad de Alzheimer, en las últimas etapas de la vida. Incluso sin la aparición de una enfermedad propiamente dicha, el envejecimiento normal y sano en los humanos se caracteriza por diversos grados de deterioro neuronal y cognitivo.

sábado, 6 de agosto de 2011

La evolución de los huesos parietales se relaciona con cambios cerebrales en el género 'Homo'

Según un estudio del CENIEH, la particular curvatura de la superficie parietal en el Homo sapiens se relaciona con la evolución de las áreas cerebrales, que en nuestra especie podrían haber impulsado un cambio importante en la organización neural y cognitiva.

Un análisis métrico de las proporciones y de las variaciones de los huesos parietales del género humano, titulado “A bivariate approach to the variation of the parietal curvature in the genus Homo”, evidencia cambios anatómicos en la organización de los huesos parietales en nuestra propia especie, asociados a variaciones de las correspondientes áreas corticales.

El trabajo se acaba de publicar en la revista Anatomical Record y su investigador principal es Emiliano Bruner, responsable del Grupo de Paleoneurobiología de Homínidos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).

Como explica Bruner, la especie humana moderna se caracteriza para una geometría del cerebro más esférica, asociada sobre todo a la morfología de los huesos parietales, que forman la parte posterior de la bóveda craneal. En su trabajo se cuantifica la particular curvatura de la superficie parietal en Homo sapiens a nivel endocraneal, esto es, a nivel  de la corteza cerebral. La forma y el desarrollo de estos componentes neurocraneales se relacionan con la evolución de las respectivas áreas cerebrales, los lóbulos parietales, que en nuestra especie podrían haber impulsado un cambio importante en la organización neural y cognitiva.

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(Foto: CENIEH)

En este estudio han participado también el científico Ralph Holloway de la Universidad de Columbia, de Nueva York, padre histórico de la Paleoneurología de  Homínidos; y José Manuel de la Cuétara, investigador del CENIEH. (Fuente: CENIEH)

La necesidad de hacer tareas manuales de precisión promovió el desarrollo del cerebro humano hace 80.000 años

La elaboración avanzada de puntas de lanza contribuyó al desarrollo de nuevas formas de pensamiento y comportamiento humano. Esto es lo que han demostrado los nuevos descubrimientos hechos por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Lund, Suecia.

Llevó mucho tiempo perfeccionar la tecnología de las puntas de lanza. Fueron necesarias una cuidadosa planificación y una mayor interacción social, a través de generaciones. Todo este proceso estimuló el desarrollo de nuevas habilidades en el cerebro humano.

Hace 200.000 años, pequeños grupos de personas poblaban África. Presentaban un aspecto anatómico semejante al nuestro, pero no pensaban como los humanos lo hacemos actualmente.

Los estudios de fósiles y la tasa de mutaciones del ADN muestran que la especie humana a la que pertenecemos, el Homo sapiens sapiens, ha existido desde hace 200.000 años.

Sin embargo, las investigaciones arqueológicas de los últimos años, han demostrado que, aunque las huellas más antiguas de los humanos modernos datan de hace 200.000 años, el desarrollo de la conducta cognitiva moderna es probablemente mucho más reciente.

Durante unos 100.000 años, existieron individuos parecidos a nosotros. Pero actuaban sobre la base de estructuras cognitivas en las que nosotros sólo nos reconoceríamos parcialmente, y que no definen en la actualidad el comportamiento moderno.

Es precisamente ese período de transformación el que han estudiado los investigadores de la Universidad de Lund en Suecia.

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Cuevas en las que udieron vivir los humanos primitivos. (Foto: Lund U.) 
 

Lo descubierto por el equipo de Anders Hogberg demuestra que la gente de aquella época utilizaba una tecnología bastante avanzada para la producción de puntas de lanza, y que el complejo proceso de elaboración de las mismas desarrolló la memoria de trabajo y reforzó la vida social de los seres humanos.

El paso de la tecnología de una generación a otra, de los adultos a los niños, constituyó un proceso de aprendizaje cultural que creó una sociedad más avanzada respecto a la anterior, desde el punto de vista social. Esto influyó en el desarrollo del cerebro humano y en su capacidad cognitiva.

sábado, 23 de julio de 2011

Finalizan las excavaciones de Atapuerca con el hallazgo de un cráneo de bóvido

Varias personas trabajan en la Sima del Elefante, en Atapuerca. | IcalVarias personas trabajan en la Sima del Elefante, en Atapuerca. | Ical
  • La campaña de 2012 podría ser importante
  • Todos los yacimientos están en funcionamiento
Tras casi 40 días de excavaciones, el domingo 24 llega a su fin la campaña de excavaciones de la Sierra de Atapuerca, que comenzó el pasado 15 de junio. En esta edición, el equipo de investigación de Atapuerca bajo el mando de los tres codirectores, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, ha permitido hallar un cráneo de bóvido en la Sima del Elefante, así como más restos de la especie Homo Heidelbergensis en la Sima de los Huesos.
Según informaron fuentes de la Fundación Atapuerca, la campaña de excavaciones 2011 ha estado marcada por cambios para reorganizar las excavaciones, por lo que el equipo estima que la campaña de 2012 "será muy importante ya que estarán todos los yacimientos en funcionamiento con las medidas de seguridad e infraestructuras necesarias". Es el caso del yacimiento de Galería donde se ha retomado la excavación tras 15 años de inactividad o la Sima del Elefante, en la que se ha instalado el puente que está permitiendo excavar el yacimiento en extensión. Cabe destacar que este año también se ha finalizado de excavar el Campamento de cazadores de bisontes más antiguo de Europa en el nivel TD10 de Gran Dolina.
El yacimiento de la Sima del Elefante se localiza en la zona sur de la Trinchera del Ferrocarril. Durante las campañas de excavación del 2007 y 2008, en el nivel 9c (de 1,2 millones de años) de la Sima del Elefante se recuperaron diferentes restos de homínido asociados a industria lítica y huesos de herbívoros con marcas de corte. Estos restos de homínido son, hasta el momento, los más antiguos de Europa.
Debido a que el paquete sedimentario (TE9c) en el que se localizan estos restos estaba cortado por el camino de la Trinchera del Ferrocarril impidiendo así su excavación, uno de los principales objetivos planteados para esta campaña ha sido vaciar el camino y colocar un puente con el fin de poder circular por la Trinchera a la vez que se excavaba por debajo los niveles de Pleistoceno Inferior.
Al realizar los trabajos de vaciado del camino, alrededor de 1,60 metros de la cota actual del camino se han localizado hasta un total de 12 traviesas del Ferrocarril Minero construido a finales del siglo XIX. Dichas traviesas han sido documentadas y trasladadas al Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana con el fin de ser restauradas. Una vez vaciado el camino de sedimentos modernos, se han iniciado los trabajos de excavación de los sedimentos pleistocenos en los que en futuras campañas esperamos encontrar más evidencias de la presencia humana más antigua de Europa.
Por otro lado, en la superficie de excavación intervenida ya en años anteriores, se ha llegado a la base del nivel TE9c y se ha recuperado diferentes restos de bóvido en semiconexión anatómica, entre los que destaca un cráneo prácticamente entero. El estudio de estos materiales aportará nuevos datos para conocer cual era la especie de bóvido que habitaba la Sierra de Atapuerca hace mas de un millón de años.

jueves, 21 de julio de 2011

El origen de la geofagia

Ingerir tierra es una conducta que se ha observado en aves, reptiles y mamíferos, y que fue también común en los humanos prehistóricos. De hecho, aún hoy existe de forma relativamente habitual en algunas tribus primitivas, sobre todo en los trópicos.

Esta conducta anómala podría entenderse en situaciones de hambruna desesperada, pero en bastantes casos se da sin esa situación de inanición. ¿Por qué habría la evolución de permitir que un rasgo de conducta tan potencialmente peligroso como ese perdurase a través del tiempo?

Entre las explicaciones propuestas acerca de qué utilidad podría tener comer tierra en ciertas situaciones, la más aceptada ha sido, hasta ahora, que podría ser un modo expeditivo de absorber nutrientes minerales no disponibles de otro modo, como por ejemplo hierro, zinc o calcio.

El equipo de Sera Young y Paul Sherman, de la Universidad de Cornell, analizó 482 crónicas de geofagia humana y 330 crónicas de geofagia en animales de 297 especies de aves, reptiles y mamíferos, incluyendo a 70 especies de primates. Young y sus colegas ingresaron los detalles de estas crónicas en una base de datos y luego buscaron patrones para evaluar cada hipótesis.

En los animales, se sabe que las ratas envenenadas comerán arcilla cuando se les dé a elegir entre varias sustancias, y también está ya documentado que varios primates, incluyendo a los chimpancés, y algunas aves como los loros, ingieren tierra arcillosa después de comer frutas tóxicas o experimentar problemas gastrointestinales.

Por otra parte, el análisis de las crónicas, hechas por antropólogos y exploradores, sobre humanos de sociedades primitivas exhibiendo esa conducta inusual de ingerir tierra, y a quienes se pudo preguntar al respecto u observar en qué situación lo hacían, señalan que el tipo de tierra ingerida es rica en arcilla, la cual carece de nutrientes biodisponibles. Es por tanto incorrecta la idea de que la geofagia podría ser un modo de añadir nutrientes a la dieta de una persona.

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Una mujer recogiendo arcilla. (Foto: Sera Young)
El análisis estadístico de las crónicas sobre geofagia humana ha mostrado a los autores del estudio que a lo largo de la historia la geofagia se ha dado con mayor frecuencia entre las mujeres embarazadas y los niños en zonas tropicales donde abundan los patógenos. También ha seguido a la ingestión de sustancias tóxicas y a problemas gastrointestinales. En las mujeres embarazadas, el sistema inmunitario se vuelve menos agresivo para no rechazar al feto, pero al mismo tiempo, los patógenos transmitidos por alimentos pueden resultar más dañinos para la salud de la madre y la del feto.

La geofagia es más común en el primer trimestre del embarazo, el periodo en que el embrión es más vulnerable. Los niños y los adolescentes también son muy susceptibles a las toxinas, lo cual podría explicar por qué ellos han practicado la geofagia con más asiduidad que las personas de otros grupos de edad.

Por otra parte, la tierra seleccionada para ingerir ha sido siempre de suelos que se viesen limpios y que fuesen considerados seguros.

En resumidas cuentas, la ingestión de tierra serviría para aprovechar los efectos medicinales de la arcilla, proporcionando una cierta protección contra sustancias tóxicas, parásitos y patógenos trasmitidos por los alimentos.

viernes, 15 de julio de 2011

La construcción de herramientas líticas en el Achelense implicaba una "idea previa"

Los homínidos que habitaron el occidente europeo entre 500.000 y 250.000 años del momento presente construían sus herramientas líticas siguiendo un patrón similar. Estas pautas a la hora de escoger piedras y tallar para darles forma de bifaz parecen indicar que "existe una idea previa" a la hora de construir estas herramientas.

Lo que quiere decir que estos homínidos, que pertenecían a la cultura achelense, tenían consciencia de que la elección del material y la forma de moldearlas cumplían un objetivo: que sirvieran para producir ciertos cortes y que tenían que durar. "Es un salto brutal repecto a tecnologías anteriores", explica Paula García Medrano, investigadora del Departamento de Ciencias Históricas y Geografía de la Universidad de Burgos que acaba de defender su tesis sobre estas herramientas.

La doctoranda del Departamento de Ciencias Históricas y Geografía firma una tesis doctoral titulada Los sistemas técnicos del Pleistoceno Medio en el oeste de Europa. Cadenas operativas y procesos de configuración en los conjuntos líticos de Galería y Gran Dolina TD 10-1 (Sierra de Atapuerca, Burgos, España) y Boxgrove (Sussex, Inglaterra). Este trabajo de investigación ha sido dirigido por los profesores Andreu Ollé y Cañelles y Eudald Carbonell y Roure. García Medrano es licenciada en Historia y ha realizado una maestría sobre Cuaternario de la Universidad Rovira i Virgili. Está vinculada, además, al Edificio de I+D de la Universidad de Burgos y al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes).

En ella, se profundiza en el conocimiento de las sociedades del pasado a través del estudio de la industria lítica de cada uno de los conjuntos analizados. Cada uno de los conjuntos ha sido analizado mediante el Sistema Lógico Analítico, a lo que se ha añadido un estudio métrico y morfológico específico para el análisis de los grandes configurados, fundamentalmente bifaces. Igualmente, la doctoranda ha incluido un estudio experimental que aborda los procesos de configuración de los grandes instrumentos, tratando de comprobar experimentalmente aquellos rasgos identificados en el registro arqueológico.

Con este estudio, Paula García Medrano ha abordado el Achelense desde tres conjuntos tecnológicamente muy diversos, complementarios cronológicamente y distantes espacialmente. Elaborado un esquema en que se resume la variabilidad de los conjuntos de Pleistoceno Medio y que abarca desde los aspectos más generales (tipo de conjunto) hasta los más particulares (procesos de configuración de bifaces). Con ellos, entramos en el intenso debate actual sobre cómo era la tecnología usada por el Homo heidelbergensis, cómo se realizaba y en base a qué caracteres se establecen las grandes diferencias documentadas en los distintos yacimientos.

Según explica a DiCYT García Medrano, "el actual debate se centra sobre la materia prima de este tipo de herramientas, esto es, si incide en la morfología o en la medida que se emplea la herramienta lítica". Un bifaz de un material que se fractura fácilmente, durará menos, se moldeará de diferente manera y tendrá que ser tallado de nuevo al perder el filo. La investigadora ha podido observar que el material, por lo tanto, influye en la morfología del bifaz, y que es posible que se haya modificado posteriormente para depurar su filo.

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(Foto: Paula García Medrano/DICYT)
Sin embargo, detrás de esta variedad morfológica, "hay una homogeneidad en el trabajo", ya que las herramientas, en los yacimientos estudiados, se produjeron siguiendo las mismas pautas. "Es un rasgo pleno de la cultura achelense", resume. En culturas anteriores, menos avanzadas tecnológicamente, se empleaban herramientas de otra manera: a partir de cantos y lascas para un uso ocasional. "Era otra forma de uso más inmediata". La homogeneidad en el proceso, explica García Medrano, "requiere una idea central flexible y adaptable al material con que se cuenta y será en las últimas fases las que configuren la forma final de la herramienta lítica".

Los principales objetos de estudio han sido los bifaces encontrados en tres yacimientos: Galería y Gran Dolina, en Atapuerca, y Boxgrove, en el Reino Unido. Las primeras evidencias del uso de bifaces se encontraron en África, hace 1'6 millones de años. En Europa hay rastros desde hace 500.000 años. "Se considera que a Europa ya llegó una tecnología desarrollada, pero los nuevos yacimientos no dejan clara esta interpretación". Las herramientas líticas son hachas de unos 10 centímetros de largo y una anchura variable con forma almendrada. Se agarraban por la base más gruesa y presentaba un filo más aguzado. La herramienta fue evolucionando poco a poco y hace 250.000 años su tallado era menos intenso, porque los homínidos disponían de otras herramientas complementarias. Los estudios funcionales señalan que su principal uso era para la fragmentación de huesos o el corte de carne. (Fuente: DICYT)

lunes, 7 de febrero de 2011

¿Fue Israel el Lugar de Nacimiento de los Primeros Humanos Modernos?


2 de Febrero de 2011. Foto: AP Images/Oded BaliltyDesde hace tiempo, se cree que el Hombre moderno surgió en el continente africano hace 200.000 años. Ahora, unos arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv han descubierto indicios bastante firmes de que hace 400.000 años, el Homo sapiens ya deambulaba por lo que hoy es Israel. Estos indicios son los de mayor antigüedad sobre la existencia del Ser Humano anatómicamente moderno en el mundo.
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El hallazgo se ha hecho en la Cueva de Qesem, un yacimiento paleontológico en el que las primeras excavaciones se efectuaron en el año 2000. La cueva fue descubierta en un terreno calizo montañoso a unos 11 kilómetros al Este de Tel Aviv, durante la construcción de una carretera.

Avi Gopher y Ran Barkai del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, quienes dirigen las excavaciones, e Israel Hershkowitz del Departamento de Anatomía y Antropología de la misma universidad, junto con un equipo internacional de científicos, realizaron un análisis morfológico de ocho dientes humanos hallados en la Cueva de Qesem.
Este análisis, que incluyó escaneos por tomografía computerizada y rayos X, indica que el tamaño y la forma de los dientes son muy similares a los comunes en los dientes del Ser Humano moderno. Estos dientes concuerdan muy bien con otras pruebas de la existencia del Hombre moderno en Israel, que datan de hace unos 100.000 años, y descubiertas en otras cuevas, incluyendo la de Qafzeh, cerca de Nazaret.

La Cueva de Qesem data de un período que va desde hace 400.000 años hasta hace 200.000, y los arqueólogos que trabajan allí creen que los hallazgos indican una evolución significativa en el comportamiento del Ser Humano prehistórico. Este período fue crucial en la historia de la humanidad desde el punto de vista cultural y biológico. Los dientes objeto de estudio indican que estos cambios están aparentemente relacionados con los cambios evolutivos que tuvieron lugar en aquella época.

En una investigación de 2009 de la que informamos entonces en NC&T, esta misma cueva ya ofreció evidencias de que, al igual que los humanos del Paleolítico Tardío, los humanos del Paleolítico Temprano se centraron en la caza de grandes animales y realmente estuvieron en la cima de la cadena alimentaria. Esto puede parecer un dato de escasa importancia para los profanos en el tema, pero en la comunidad científica ha habido un largo e intenso debate sobre si las personas de fines del Paleolítico Temprano eran del todo capaces de cazar, o si estaban limitadas sólo a ser carroñeros. Los humanos de la Cueva de Qesem cazaban de manera cooperativa, y luego llevaban las mejores partes del cuerpo de sus presas hacia la cueva, donde cortaban la carne mediante herramientas de hoja de piedra bastante afiladas, y la cocinaban con fuego.

Información adicional en:

¿Fue Israel el Lugar de Nacimiento de los Primeros Humanos Modernos?


2 de Febrero de 2011. Foto: AP Images/Oded BaliltyDesde hace tiempo, se cree que el Hombre moderno surgió en el continente africano hace 200.000 años. Ahora, unos arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv han descubierto indicios bastante firmes de que hace 400.000 años, el Homo sapiens ya deambulaba por lo que hoy es Israel. Estos indicios son los de mayor antigüedad sobre la existencia del Ser Humano anatómicamente moderno en el mundo.
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El hallazgo se ha hecho en la Cueva de Qesem, un yacimiento paleontológico en el que las primeras excavaciones se efectuaron en el año 2000. La cueva fue descubierta en un terreno calizo montañoso a unos 11 kilómetros al Este de Tel Aviv, durante la construcción de una carretera.

Avi Gopher y Ran Barkai del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, quienes dirigen las excavaciones, e Israel Hershkowitz del Departamento de Anatomía y Antropología de la misma universidad, junto con un equipo internacional de científicos, realizaron un análisis morfológico de ocho dientes humanos hallados en la Cueva de Qesem.
Este análisis, que incluyó escaneos por tomografía computerizada y rayos X, indica que el tamaño y la forma de los dientes son muy similares a los comunes en los dientes del Ser Humano moderno. Estos dientes concuerdan muy bien con otras pruebas de la existencia del Hombre moderno en Israel, que datan de hace unos 100.000 años, y descubiertas en otras cuevas, incluyendo la de Qafzeh, cerca de Nazaret.

La Cueva de Qesem data de un período que va desde hace 400.000 años hasta hace 200.000, y los arqueólogos que trabajan allí creen que los hallazgos indican una evolución significativa en el comportamiento del Ser Humano prehistórico. Este período fue crucial en la historia de la humanidad desde el punto de vista cultural y biológico. Los dientes objeto de estudio indican que estos cambios están aparentemente relacionados con los cambios evolutivos que tuvieron lugar en aquella época.

En una investigación de 2009 de la que informamos entonces en NC&T, esta misma cueva ya ofreció evidencias de que, al igual que los humanos del Paleolítico Tardío, los humanos del Paleolítico Temprano se centraron en la caza de grandes animales y realmente estuvieron en la cima de la cadena alimentaria. Esto puede parecer un dato de escasa importancia para los profanos en el tema, pero en la comunidad científica ha habido un largo e intenso debate sobre si las personas de fines del Paleolítico Temprano eran del todo capaces de cazar, o si estaban limitadas sólo a ser carroñeros. Los humanos de la Cueva de Qesem cazaban de manera cooperativa, y luego llevaban las mejores partes del cuerpo de sus presas hacia la cueva, donde cortaban la carne mediante herramientas de hoja de piedra bastante afiladas, y la cocinaban con fuego.

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lunes, 6 de diciembre de 2010

Los Humanos Modernos Aparecieron en China Mucho Antes de lo Creído


1 de Diciembre de 2010. Foto: WUSTLEn el sur de China, un equipo internacional de investigadores ha descubierto y fechado con precisión y fiabilidad fósiles humanos que pueden cambiar drásticamente las creencias de los antropólogos sobre la aparición de los humanos modernos en esa parte del mundo.
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En la investigación, realizada mayormente por expertos del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín, ha trabajado también un antropólogo físico de la Universidad de Washington en San Luis.

El descubrimiento de los fósiles de humanos modernos con al menos 100.000 años de antigüedad en Zhirendong (Caverna de Zhiren) en el sur de China, proporciona las evidencias más tempranas de la aparición de los humanos modernos en Asia Oriental.

Estos restos tienen por lo menos 60.000 años más que los restos más antiguos de humanos modernos anteriormente conocidos en la región, de los que en 2007 ya hablamos en NC&T. En aquel estudio, el equipo del antropólogo físico Eric Trinkaus, formado por expertos de las dos instituciones citadas, examinó los restos de un individuo de 40.000 años de antigüedad. Sus restos óseos, descubiertos en 2003 en la cueva Tianyuan, en Zhoukoudian, cerca de la ciudad de Pekín, y sometidos a un largo análisis, demostraron que la propagación de la humanidad desde África hacia otras regiones del mundo fue un proceso mucho más complicado de lo que anteriormente se pensó.

Ahora, científicos de ambas instituciones, incluyendo a Trinkaus, han profundizado en esa línea de investigación al analizar los fósiles de Zhirendong. Estos tienen una mezcla de características modernas y arcaicas, que contrasta con los rasgos de los humanos modernos anteriores en el este de África y el sudoeste de Asia, lo que denota un cierto grado de continuidad de la población humana en Asia con la aparición de los humanos modernos.

De los humanos fosilizados de Zhirendong se deduce que la propagación de la biología humana moderna aconteció bastante antes que las innovaciones culturales y tecnológicas del Paleolítico Superior, y que los primeros humanos modernos coexistieron durante muchas decenas de miles de años con los últimos humanos arcaicos más al Norte y al Oeste a través de Eurasia.

Los fósiles de Zhirendong, así como otros de la región, están ayudando a redefinir las ideas sobre el surgimiento del Ser Humano moderno en el este de Eurasia.


Información adicional en: