Hay cierta conexión entre la euforia que causan las drogas y cómo esa sensación "reconfigura" el cerebro de modos que hacen que sea difícil suprimir el ansia de volver a vivir la experiencia. Sin ir más lejos, los objetos relacionados con una sensación gratificante atraen automáticamente la atención, como por ejemplo la visión de un mechero puede evocar en un ex-fumador el placer de fumar.
Entonces, ¿qué sucede cuando las cosas que consideramos gratificantes no son las que estamos buscando en ese momento? ¿Todavía son lo bastante atrayentes como para atraer nuestra atención, cuando hay otras cosas que compiten por ella?
Según un equipo de neurocientíficos de la Universidad Johns Hopkins, la respuesta a esto último es Sí.
Este equipo, dirigido por Steven Yantis, del Departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro, efectuó un experimento en el cual se comprobó que los sujetos de estudio que estaban realizando una tarea de búsqueda visual se distraían cuando de modo ocasional aparecían objetos que anteriormente habían estado asociados a pequeñas cantidades de dinero.
Los resultados de este estudio van a ser de utilidad para profundizar en los entresijos de cómo responde el cerebro ante estímulos de gratificación, y también podrían contribuir al desarrollo de tratamientos más eficaces para combatir la adicción a drogas, la obesidad y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
Comprender los mecanismos cerebrales y psicológicos de la asociación objeto-recompensa y por qué algunas personas son más susceptibles a ella que otras podría conducir a tratamientos más eficaces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario